Reportaje:REGULACIÓN

Contenidos fuera de control

Juristas, políticos y consumidores reclaman un Consejo Audiovisual

El código de autorregulación suscrito por el Gobierno y las televisiones a finales de 2004 para erradicar los contenidos violentos del horario infantil ha sido un fracaso. Juristas, políticos y consumidores coincidieron ayer en que la "dieta mediática" de los menores es ahora tan poco saludable como hace seis años. En este tiempo se han tramitado unas 1.100 quejas de los espectadores, de las cuales se estimaron un 20% y apenas cinco acabaron en expediente administrativo, según los datos que ayer aportó el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, en la clausura del seminario Menores, pantall...

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El código de autorregulación suscrito por el Gobierno y las televisiones a finales de 2004 para erradicar los contenidos violentos del horario infantil ha sido un fracaso. Juristas, políticos y consumidores coincidieron ayer en que la "dieta mediática" de los menores es ahora tan poco saludable como hace seis años. En este tiempo se han tramitado unas 1.100 quejas de los espectadores, de las cuales se estimaron un 20% y apenas cinco acabaron en expediente administrativo, según los datos que ayer aportó el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, en la clausura del seminario Menores, pantallas y ética, celebrado en el Senado bajo el auspicio del Observatorio de Contenidos Televisivos Audiovisuales (Octa).

Todos los participantes en este foro coincidieron en que desde el punto de vista de la eficiencia, el código ha sido insuficiente. "Ha fracasado estrepitosamente", resumió el presidente del Senado, Javier Rojo. En su opinión, las televisiones solo persiguen el dato de audiencia y la cuenta de resultados. Y eso explica la abundancia de programas de cotilleo, la "zafiedad y mal gusto" en las parrillas de todo tipo de operadores y el aluvión de contenidos violentos que se extiende a otras pantallas: el cine, Internet o los videojuegos.

Solo un Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA) puede garantizar que las televisiones respeten los horarios de protección de menores, insistieron los expertos. Esta autoridad, prevista en la ley, ha estado a punto de nacer. "El problema es que teníamos que tomar la decisión en el último año de la legislatura, acelerando los pasos del consenso, teniendo claramente en contra al PP", explicó Jáuregui.

La oposición del partido de Rajoy fue determinante para enterrar el CEMA. El Consejo de Ministros había dado ya luz verde para iniciar los trámites, estaba designada la sede y una treintena de funcionarios de Industria dispuestos a dar el salto al Consejo. Pero Jáuregui vio que "no era razonable" constituir un organismo "que no estaba llamado a ser respetado por todos". De hecho, el PP había manifestado claramente su intención de disolverlo. "Dijeron que no hacía falta y que si una persona se sentía maltratada por determinada emisión podía ir al juez o hacer zapping", aclaró.

El PSOE ha vuelto a incluir el CEMA en su programa electoral, tal y como resaltó el senador Óscar López. El popular Ildefonso Pastor insistió en que la única limitación a la libertad de expresión es "la ley y lo que digan los jueces". La crisis no aconsejaba la creación de un nuevo organismo, de modo que el PP propuso que sus funciones sean asumidas por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.

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