Crítica:

Georgie Fame

En el Londres de los primeros sesenta, Fame era el gran propagandista de los ritmos afroamericanos. Desde el escenario del Flamingo (aquí se incluyen algunos temas en directo), el organista y cantante instruía a la ansiosa tropa mod y deleitaba a inmigrantes jamaicanos, soldados estadounidenses de permiso o estudiantes africanos. Esta recopilación, confeccionada en Japón, finalmente muestra toda la amplitud de su arsenal. Conocíamos su dominio del soul, el jazz bailable y diversas variedades del rhythm and blues, pero Georgie también hacía calipso y ska (entonces co...

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En el Londres de los primeros sesenta, Fame era el gran propagandista de los ritmos afroamericanos. Desde el escenario del Flamingo (aquí se incluyen algunos temas en directo), el organista y cantante instruía a la ansiosa tropa mod y deleitaba a inmigrantes jamaicanos, soldados estadounidenses de permiso o estudiantes africanos. Esta recopilación, confeccionada en Japón, finalmente muestra toda la amplitud de su arsenal. Conocíamos su dominio del soul, el jazz bailable y diversas variedades del rhythm and blues, pero Georgie también hacía calipso y ska (entonces conocido como blue beat), aparte de incorporar elementos cubanos, brasileños y sudafricanos. Sencillamente, no había entonces una banda tan políglota y exuberante. Lastima que Fame no entendiera que los tiempos exigían autoexpresión y cancionero propio. Esas carencias le terminaron condenando al circuito de salas de fiesta, hasta que, bendito sea, se atrevió a volver al jazz.

Georgie Fame

For Café Après-midi

Universal

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