VUELTA RÁPIDA | MUNDIAL DE MOTOCICLISMO | Gran Premio de Aragón

El espectáculo está en Moto2

Motorland asistió a una carrera insulsa y a otra abrumadoramente divertida. Y no era ayer la primera vez que Moto2 despierta más elogios que la categoría reina. Al margen del indiscutible talento de Márquez, son Dorna y las fábricas las responsables. Porque es la empresa organizadora, junto a los equipos, quien redacta el reglamento; y es el reglamento el que igualó el año pasado el rendimiento de las motos de la categoría intermedia, del mismo modo que limita el espectáculo en MotoGP y ayuda a que las diferencias sean mayores. En contra de lo que pasa en la fórmula 1, donde el reglamento obli...

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Motorland asistió a una carrera insulsa y a otra abrumadoramente divertida. Y no era ayer la primera vez que Moto2 despierta más elogios que la categoría reina. Al margen del indiscutible talento de Márquez, son Dorna y las fábricas las responsables. Porque es la empresa organizadora, junto a los equipos, quien redacta el reglamento; y es el reglamento el que igualó el año pasado el rendimiento de las motos de la categoría intermedia, del mismo modo que limita el espectáculo en MotoGP y ayuda a que las diferencias sean mayores. En contra de lo que pasa en la fórmula 1, donde el reglamento obliga a que los motores sean prácticamente iguales y permite que los equipos privados se acerquen, o incluso superen (caso de Red Bull) a los oficiales.

Sin electrónica el piloto es el que frena, el que decide cómo hacer los cambios, el que controla las derrapadas

En la cilindrada grande la electrónica minimiza los fallos y facilita a las grandes marcas que marquen la diferencia.

Hay cuatro motores para las cuatro marcas en la parrilla. Cada moto tiene un tamaño y una forma diferente. Sin embargo, todas calzan los mismos neumáticos Bridgestone. Las diferencias, según se trata de una moto oficial o no, y según el poderío económico de cada casa, son muy grandes. En Moto2 son menores: las 40 motos de la parrilla llevan el mismo motor y carecen de electrónica. El piloto tiene el control casi absoluto: es el que frena, el que decide cómo hacer los cambios de dirección, el que controla las derrapadas. Y todo se vuelve más espectacular fácilmente.

En una carrera de MotoGP como la de ayer, en la que las condiciones meteorológicas son tan extremas, con mucho viento, y temperaturas hasta diez grados más bajas que un día antes, las diferencias entre las motos crecen y las distancias, en consecuencia, aumentan.

De ahí que haya quien se aburra sentado frente al televisor. Ocurre, en parte, porque los neumáticos no trabajan igual en todas las condiciones, ni con todas las motos, ni con todos los pilotos. Si comparamos a los dos pilotos de Yamaha, Lorenzo y Spies, vemos que el americano fue más rápido en todo el fin de semana. Sin embargo, Jorge le ganó la partida en la carrera. Spies es un piloto que procede de Superbike, muy agresivo. Demasiado. Tenía la puesta a punto ideal para subir al podio y se quedó a 27 segundos de Stoner.

Gracias a la tecnología podemos saber que si la moto hablara diría que el neumático -para todos igual- prefiere el estilo de Lorenzo, más suave. También recurriríamos a la electrónica para explicar el dominio de Honda, con las dos primeras plazas del podio. En un circuito como Motorland, con esa recta interminable antes de la última curva, HRC sale ganando: su fuerza son las rectas; la de Yamaha, las curvas. Y el neumático, que se desgasta más en las curvas que en las rectas, le pasó factura.

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