Deberían sonrojarse
El brillo mediático de los grandes grupos de empresas, que proclaman en los medios de comunicación su solidez y beneficios, no debe ocultar el drama de los parados que esas mismas empresas generan con precipitación cuando no se cubren sus expectativas de ganancias. En lugar de aceptar ciertas reducciones de beneficios, lógicas en la grave crisis que estamos padeciendo, no dudan los directivos de dichas sociedades en sumir a familias enteras en la desesperación o la pobreza que supone siempre el paro, convirtiendo incluso a trabajadores que han entrado en los 40 o 50 años en desempleados eterno...
El brillo mediático de los grandes grupos de empresas, que proclaman en los medios de comunicación su solidez y beneficios, no debe ocultar el drama de los parados que esas mismas empresas generan con precipitación cuando no se cubren sus expectativas de ganancias. En lugar de aceptar ciertas reducciones de beneficios, lógicas en la grave crisis que estamos padeciendo, no dudan los directivos de dichas sociedades en sumir a familias enteras en la desesperación o la pobreza que supone siempre el paro, convirtiendo incluso a trabajadores que han entrado en los 40 o 50 años en desempleados eternos, con la etiqueta de "inútiles y viejos" para la vida laboral y abocados a los patológicos complejos de inutilidad o a la depresión. Al menos, deberían sonrojarse, por respeto a los parados, muchos de esos presidentes y directivos de los grandes grupos empresariales cuando salen en los medios de comunicación aireando sus logros y su dinero.