INTIMIDADES

Cuestión de edad

Espero. Sí. Su aroma, su tacto suave, agrio, amargo. Lento, deslizándose por mi lengua. Un minuto, un segundo y todo el placer derramado en mi boca. Cierro los ojos. Recuerdo todo lo que he leído sobre este instante. Nada me convence. Nada me satisface. Nada lo describe con suficiente profundidad. Prometo que he intentado ilustrarme lo suficiente para no actuar sin conocimiento de causa. Prepararlo todo como corresponde. Tomarme mi tiempo. Darle el suyo. Pero nada como vivirlo en carne propia. Y mientras disfruto más allá de lo admisible pienso en su historia. En todos los océanos que ha cruza...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Espero. Sí. Su aroma, su tacto suave, agrio, amargo. Lento, deslizándose por mi lengua. Un minuto, un segundo y todo el placer derramado en mi boca. Cierro los ojos. Recuerdo todo lo que he leído sobre este instante. Nada me convence. Nada me satisface. Nada lo describe con suficiente profundidad. Prometo que he intentado ilustrarme lo suficiente para no actuar sin conocimiento de causa. Prepararlo todo como corresponde. Tomarme mi tiempo. Darle el suyo. Pero nada como vivirlo en carne propia. Y mientras disfruto más allá de lo admisible pienso en su historia. En todos los océanos que ha cruzado. Los climas adversos. Crueles e injustas negociaciones pero siempre fiel a su propósito, sobrevivió. Para todas y cada una de las mañanas hacerme feliz. Alguna que otra tarde y cuando me pongo el mundo por montera, ¡hasta alguna noche! Es cada vez más adictivo. He intentado dejarlo mil veces, todas han sido inútiles. ¡Practicarlo y practicarlo! Da igual que sea nacional, africano, americano, solo o en compañía. Con nata, inundado de alcohol o todo un clásico: con leche. Tengo viejos recuerdos en los que me decía a mí misma: qué horror, esto sabe fatal. Pero crecí y ahora no puedo vivir sin él. ¿Será una cuestión de edad tanta perversión? Una taza de café y el mundo puede empezar a rodar.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En