Un 'Diccionario' quizá sin arreglo

Leyendo el artículo de Joaquín Prieto (suplemento Domingo de EL PAÍS, del 31 de julio) sobre el Diccionario biográfico de la Academia de Historia y sumado lo que dice Prieto a informaciones anteriores, hay que preguntarse si el Diccionario tiene o no arreglo. O bien las deficiencias señaladas afectan solo a unas cuantas biografías, con lo que bastaría hacer una especie de Corrigendum, o bien tales deficiencias impregnan al conjunto de la obra, con lo que habría que revisarla página por página, cosa por lo demás que debería haberse hecho antes de su publicación, tal ...

Leyendo el artículo de Joaquín Prieto (suplemento Domingo de EL PAÍS, del 31 de julio) sobre el Diccionario biográfico de la Academia de Historia y sumado lo que dice Prieto a informaciones anteriores, hay que preguntarse si el Diccionario tiene o no arreglo. O bien las deficiencias señaladas afectan solo a unas cuantas biografías, con lo que bastaría hacer una especie de Corrigendum, o bien tales deficiencias impregnan al conjunto de la obra, con lo que habría que revisarla página por página, cosa por lo demás que debería haberse hecho antes de su publicación, tal como exigen los cánones científicos.

Las deficiencias hasta hora señaladas son arbitrariedad en la selección de los biografiados (caso del azafato de Iberia), biografías mal hechas o poco rigurosas (como la de Azaña criticada por Santos Juliá), sesgo ideológico hacia posiciones próximas a la extrema derecha (Franco y algunos dirigentes republicanos), integrismo religioso (monseñor Escrivá de Balaguer y mártires de la cruzada) y esnobismo aristocrático (caso de la marquesa que cazaba venados).

Muchas deficiencias parecen, pero habría que desear, por el bien de la Academia, que se concentren en dos o tres docenas de biografías y no en centenares o miles.