Reportaje:

CiU y PP, un matrimonio consolidado

El grupo popular apoya o se abstiene en seis de las siete normas aprobadas

La novena legislatura en Cataluña empezó con Partit dels Socialistes y Partido Popular forcejeando por apoyar a Convergència i Unió en un intento de reconquistar el centro político. Finalmente, fue el PSC quien permitió la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat. Ahí acabó el protagonismo socialista. Los siete primeros meses de actividad parlamentaria arrojan una conclusión: pese a que CiU se empeña en negar que su socio prioritario es el PP, y la formación de Alicia Sánchez-Camacho, a su vez, se resiste a reconocer que actúa de muleta de CiU, estos dos partidos protagonizan...

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La novena legislatura en Cataluña empezó con Partit dels Socialistes y Partido Popular forcejeando por apoyar a Convergència i Unió en un intento de reconquistar el centro político. Finalmente, fue el PSC quien permitió la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat. Ahí acabó el protagonismo socialista. Los siete primeros meses de actividad parlamentaria arrojan una conclusión: pese a que CiU se empeña en negar que su socio prioritario es el PP, y la formación de Alicia Sánchez-Camacho, a su vez, se resiste a reconocer que actúa de muleta de CiU, estos dos partidos protagonizan un matrimonio consolidado. Seis de las siete leyes que la cámara catalana ha aprobado en este inicio de legislatura llevan la firma de los dos partidos. En cinco casos el PP ha dado el sí, y en dos su abstención ha sido clave para el avance legislativo.

El Parlament volverá en septiembre con el debate de política general

En un inicio de legislatura marcado por los recortes, los presupuestos han centrado gran parte de la actividad legislativa. Tres leyes están relacionadas con las cuentas: la primera norma que pasó por la cámara sirvió para prorrogar los presupuestos de 2010 y permitir a la Generalitat endeudarse. Salió adelante con los votos de CiU, PSC, PP y ERC. Las dos últimas normas aprobadas son los presupuestos de 2011 y la ley que los complementa, de medidas fiscales y financieras. En ambos casos, la abstención del PP permitió al Gobierno salirse con la suya, frente al rechazo unánime del resto de partidos. En el ámbito económico, el grupo popular avaló también la supresión del impuesto de sucesiones. En temas económicos, CiU ha contado también con el aval de Joan Laporta. Una vez fuera de Solidaritat, el parlamentario ha sumado en las grandes leyes con CiU, lo que le ha convertido, en ocasiones, en un diputado más de los nacionalistas, el diputado 63.

En las antípodas ideológicas, y fuera del ámbito económico Ciutadans se sumó a PP y CiU para paralizar la Ley de Veguerías. El partido de Sánchez Camacho también votó la Ley del libro tercero del código civil catalán, cuya reforma se aprobó por unanimidad. El grupo popular solo ha fallado a CiU en una ocasión: en la modificación de la Ley de la Agencia Catalana de la Competencia. El PSC, en esa ocasión, acudió al rescate para refrendar la norma.

En cifras, el inicio de legislatura de Mas se asemeja al de sus antecesores. El primer tripartito, presidido por Pasqual Maragall, también concretó siete leyes, y el Ejecutivo de José Montilla, 10. Sin embargo, la actividad legislativa del Gobierno fue escasa durante las primeras semanas. La respuesta llegó con la titánica ley ómnibus, que servía para enterrar parte de la obra del tripartito con 631 artículos.

CiU troceó en tres normas el paquete ómnibus para hacerlo más digerible. Estas tres leyes, junto a la reforma de la Ley de Urbanismo, son los cuatro proyectos del Gobierno que el Parlament deja pendientes para el reinicio del período de sesiones. Los 135 diputados catalanes tienen cita en el pleno el 27 de septiembre, fecha en la que comenzará el primer debate de política general de la era Mas.

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El curso político volverá con la misma lucha que marcó los primeros pasos de la legislatura. El PSC, con su visto bueno a las leyes ómnibus, buscó contrarrestar el protagonismo del PP, desconcertando incluso a parte de sus diputados. De la actitud socialista y de la permisividad del PP dependerá la tramitación de las leyes ómnibus y su posterior refrendo en el pleno.

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