Richard Wagner

El primer disco en solitario del bajo René Pape consagrado a Wagner encierra poderosos atractivos. De entrada, la belleza y nobleza de su timbre, la extensión de un instrumento manejado con una emisión segura. Pero donde marca la diferencia es en la dicción, en la riqueza de matices. La palabra, clara y rotunda, cobra una nueva dimensión, desde el acento más intenso al matiz más intimo. Cuenta, además, con el asombroso acompañamiento de Daniel Barenboim, intérprete wagneriano de referencia, capaz de una delicadeza, claridad y brillantez al frente de la Staatskapelle Berlin formidablemente capt...

El primer disco en solitario del bajo René Pape consagrado a Wagner encierra poderosos atractivos. De entrada, la belleza y nobleza de su timbre, la extensión de un instrumento manejado con una emisión segura. Pero donde marca la diferencia es en la dicción, en la riqueza de matices. La palabra, clara y rotunda, cobra una nueva dimensión, desde el acento más intenso al matiz más intimo. Cuenta, además, con el asombroso acompañamiento de Daniel Barenboim, intérprete wagneriano de referencia, capaz de una delicadeza, claridad y brillantez al frente de la Staatskapelle Berlin formidablemente captada por los ingenieros de sonido. Commovedor Wotan (La walkyria), resignado y elocuente Hans Sachs, comunicativo Gurnemanz junto a Plácido Domingo (Parsifal), Pape brilla en una selección que incluye arias de Lohengrin y Tannhäusser.