Emoción y chanzas presidenciales en una investidura arropada por la dirección del PP

José Luis Baltar no solo tuvo un agradecimiento expreso para su familia en el acto de su investidura. El barón ourensano del PP mostró igualmente su gratitud a su "amigo" el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, que acudió a arroparlo en esta nueva toma de posesión con la que el veterano político ourensano intenta poner el punto final a su carrera política. Junto a Louzán estaban sentados los conselleiros de Presidencia, Alfonso Rueda -número dos del PP de Galicia-, de Medio Ambiente, Agustín Hernández y de Educación, Jesús Vázquez, además del delegado de la Xunta en...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

José Luis Baltar no solo tuvo un agradecimiento expreso para su familia en el acto de su investidura. El barón ourensano del PP mostró igualmente su gratitud a su "amigo" el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, que acudió a arroparlo en esta nueva toma de posesión con la que el veterano político ourensano intenta poner el punto final a su carrera política. Junto a Louzán estaban sentados los conselleiros de Presidencia, Alfonso Rueda -número dos del PP de Galicia-, de Medio Ambiente, Agustín Hernández y de Educación, Jesús Vázquez, además del delegado de la Xunta en la provincia, Rogelio Martínez, a quienes, sin mencionarlos, agradeció, como al resto de los asistentes, su comparecencia en el acto.

Más información

Un Baltar emocionado leyó su discurso. Antes, ya había tenido el protagonismo de la institución al presidir la mesa de edad en su condición de más veterano de todos los diputados electos. Con la soltura que lo caracteriza -y el control de una Diputación que dirige desde hace 21 años- anunció que daría solemnidad al acto de elección del presidente ordenando el voto en urna, pese a la aplastante mayoría de su grupo. Y le dio solemnidad, e incluso también suspense. Pletórico y en la esencia de su estilo, José Luis Baltar fue leyendo con tonillo y expresión de alarma las papeletas en las que figuraba el nombre del candidato socialista, Ignacio Rodríguez, evidenciando, con esta chanza, que su candidatura podría correr peligro. Hizo reír a los suyos. El PSOE, con ocho diputados electos, no podía arrebatar -ni sumando los dos del BNG- la presidencia al PP, con 15 escaños en la institución provincial, superando en uno los del anterior mandato.

Entre el público que abarrotaba el espacioso salón de sesiones se encontraban algunos jefes de servicio y otros funcionarios de la Diputación, además de numerosos alcaldes y concejales del PP provincial. Y, entre las bancadas de los 25 diputados provinciales que ayer juraron o prometieron sus cargos, tres mujeres, elegidas por el PSOE.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En