CLIC CLAC | TOUR 2011 | Séptima etapa

Improvisadores a la fuerza

A ver cómo hablo yo de esto sin caer -demasiado- en la melancolía. Pondré primero la situación: acababa de terminar la séptima etapa del Tour 2011. En la pantalla de prensa, repetían imágenes del abandono de Tom Boonen, en el kilómetro 90. De improviso, interrumpieron la imagen para entrevistar al ganador, Cavendish, recién bajado del podio. Ganador por segunda vez en su carrera de la etapa de Châteauroux, en la larga Avenida de la Chatre; que bien podría llamarse por cierto Avenida MC, pues el otro ganador aquí se llama Mario Cipollini.

Y el que observaba todo esto era yo, así que ya e...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

A ver cómo hablo yo de esto sin caer -demasiado- en la melancolía. Pondré primero la situación: acababa de terminar la séptima etapa del Tour 2011. En la pantalla de prensa, repetían imágenes del abandono de Tom Boonen, en el kilómetro 90. De improviso, interrumpieron la imagen para entrevistar al ganador, Cavendish, recién bajado del podio. Ganador por segunda vez en su carrera de la etapa de Châteauroux, en la larga Avenida de la Chatre; que bien podría llamarse por cierto Avenida MC, pues el otro ganador aquí se llama Mario Cipollini.

Y el que observaba todo esto era yo, así que ya estamos los tres. Mi cabeza viajó entonces lejos, en el espacio y en el tiempo, y centró su objetivo en los recuerdos que tengo de la última vez que subí a un podio de esos. Viajé entonces al 19 de febrero de hace un par de años, a Paso Robles, California. Y recordé lo que sentía cuando disputaba lo que fue mi último sprint entre toda esta cuadrilla. Bonitos recuerdos luchando en su terreno con estos dos -primero Cavendish, segundo Boonen y tercero yo-, y con el que ahora es el líder del Tour rondando también por ahí cerca.

Más información

Ahora mismo Cavendish estará disfrutando del regusto de esta segunda victoria, Tom estará buscando la mejor combinación para volver a su casa, y yo estoy aquí escribiendo sobre ellos. Vueltas que da la vida. En 2008, por ejemplo, en esta misma llegada tras Cavendish, fueron segundo y tercero Freire y Zabel, respectivamente. Freire está ahora en casa recuperándose de una cirugía. Zabel está aquí como asistente para los sprints del HTC, el equipo de Cavendish. Más y más vueltas.

Esa es la capacidad de adaptación a la que estamos habituados en este deporte. Las circunstancias te obligan a tomar decisiones sobre la marcha y muchas veces te ves forzado a improvisar. A mí es una de las cosas que más me maravillan de los ciclistas: cómo con los años cada vez eres más hábil e improvisas valorando en un momento infinitas variables, con el fin único de sobrevivir, física y mentalmente.

Hace un par de días, sin ir más lejos, se cayó Brajkovic, uno de los líderes del Radioshack. En sus primeras declaraciones, ya decía que esperaba recuperarse rápido y preparar las maletas para la Vuelta. Ayer salieron mal parados de la misma caída Wiggins y Pauriol. Unidos en el destino el inglés y el francés: fractura de clavícula y abandono del Tour. Me imagino ahora cómo puede estar el inglés, que se encontraba en un momento de forma dulce, con la moral por las nubes después de su victoria en Dauphiné y con un potente equipo como el Sky totalmente centrado en él. Hundido moralmente, pero replanteándose objetivos, lo mismo que su propio equipo.

Tom Boonen, después de retirarse ayer dijo: "Durante la carrera no estaba lúcido, no me sentía seguro". Y decidió bajarse, viendo que constituía un problema de seguridad, tanto para sí mismo como para el resto del grupo. Y dijo después que estaba muy desanimado, pero que le gusta esta carrera y volverá en el futuro, y se replanteó nuevos objetivos: "El trabajo que he hecho para estar en forma en este Tour volverá después de recuperar y será útil en un futuro próximo". Así me gusta Tom, pensando en positivo.

Así -de bonito y de duro- es esto, qué le vamos a hacer.

Archivado En