Tribuna:

UGT reivindica la negociación

El cinismo con el que se atribuye el elevado desempleo que tenemos en España a las rigideces del mercado de trabajo por causa del excesivo poder de los sindicatos desde determinados círculos políticos, económicos y/o empresariales, ha quedado evidenciado hace unos días cuando el máximo ejecutivo de Ford en Europa anunció una inversión multimillonaria en la factoría que esta automovilística tiene en Almussafes.

Muchos han querido apuntarse la autoría de esta excelente noticia. Desde el presidente del Gobierno, que ha felicitado por su gestión al ministro de Industria, o el propio preside...

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El cinismo con el que se atribuye el elevado desempleo que tenemos en España a las rigideces del mercado de trabajo por causa del excesivo poder de los sindicatos desde determinados círculos políticos, económicos y/o empresariales, ha quedado evidenciado hace unos días cuando el máximo ejecutivo de Ford en Europa anunció una inversión multimillonaria en la factoría que esta automovilística tiene en Almussafes.

Muchos han querido apuntarse la autoría de esta excelente noticia. Desde el presidente del Gobierno, que ha felicitado por su gestión al ministro de Industria, o el propio presidente de la Generalitat Valenciana, incluso algún representante empresarial. Todos ellos, paradójicamente, defensores de la modificación del sistema de negociación colectiva, de lo que han hecho un objetivo irrenunciable, inaplazable e imprescindible para estabilizar la confianza de los inversores en la solidez de la economía española.

Convendría preguntarse qué ha pasado para que la Ford haya decidido invertir en Valencia

La inversión anunciada por Ford en la planta de Almussafes, en la que se van a fabricar dos nuevos modelos, un todoterreno en sus distintas versiones y una furgoneta ligera, no es una decisión empresarial arriesgada. Es una inversión segura que pone de manifiesto, sobre todo, la confianza de la multinacional Ford en el marco de relaciones laborales que la dirección de la empresa y el sindicato UGT han creado a lo largo de muchos años de estrecha relación.

Lo que anunció Ford hace unos días es muy importante, pero no es lo único que ha pasado en esta factoría en los últimos meses. Hace un año aproximadamente, se empezó la fabricación en exclusiva para todos los mercados del Ford C-Max en todas sus versiones. Y desde hace poco más de un año, la producción de motores se está incrementado de manera continuada, lo que va a suponer pasar de las aproximadamente 200.000 unidades que se fabricaron el pasado año a las más de 700.000 unidades que se prevé fabricar a partir de 2013.

Y mientras todo esto está pasando aquí, un día sí y al otro también, tertulianos con escaso conocimiento del mundo del trabajo, empresarios obsesionados únicamente con la repercusión de los costes del factor trabajo en los costes generales de fabricación y políticos llevados por la ola neoliberal que los arrastra, siguen insistiendo ciegamente en que la única manera de crear empleo es desregulando el mercado de trabajo.

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Convendría que se preguntaran qué es lo que ha pasado aquí para que una multinacional como la Ford haya decidido invertir en Valencia cerca de 150.000 millones de las antiguas pesetas -dicho en pesetas se observa más claramente la enorme cuantía de esta inversión- y diga que va a crear en breve plazo de tiempo varios cientos de puestos de trabajo.

Pero, como casi nadie se lo ha preguntado ni lo ha preguntado a quienes conocemos el proceso seguido en los últimos años, hay que recordar que las inversiones asignadas a Valencia forman parte de un acuerdo en el que los trabajadores asumieron el compromiso de hacer más productiva la planta valenciana de Ford en un clima laboral sin sobresaltos y la compañía Ford se comprometió a mantener las inversiones en nuevos productos en un futuro, que ya es presente.

A dios lo que es de dios y al césar lo que es del césar. UGT reivindica la negociación que llevarnos a cabo con el entonces presidente de la compañía Ford en Europa que culminó el día 29 de agosto de 2007 con la firma del acuerdo de inversiones.

La clave de todo es que a través de la negociación colectiva hemos alcanzado un marco de relaciones laborales lo suficientemente flexible como para garantizar a la compañía Ford la rentabilidad de sus inversiones en Almussafes y a los trabajadores la seguridad en el empleo sin tener que renunciar a sus derechos. Y así, hemos ganado la confianza de ambos, la de la compañía Ford y la de la plantilla.

La experiencia, el saber hacer, la capacidad de adaptación y la madurez de la plantilla y el clima social propician en Ford una alta productividad y unos estándares de calidad cuyo valor es más importante que los costes laborales, que solo representan una parte muy pequeña de los costes generales de fabricación de un coche. Como se ha dicho estos días, haciendo alusión a la magnífica inversión que va a recibir Almussafes, invertir en España es una buena idea.

En conclusión, podemos extraer de nuestra experiencia en Ford que la intervención más eficaz para resolver los problemas laborales no es desregulando el mercado de trabajo y diluyendo el papel de los sindicatos en la negociación colectiva, como se pretende.

Carlos Faubel Climent es secretario general UGT-Ford.

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