El PP cuestiona ahora la fusión de las cajas por el peso que otorga a la Vital

Las entidades deberán reevaluar sus activos si el proyecto no arranca el día 30

A menos de una semana de que los Consejos de Administración de las tres cajas vascas aprueben el próximo día 30 las condiciones para su fusión, el proyecto vuelve a chocar con un escollo político. El PP, que hasta el momento había venido avalando la fusión fría, retiró ayer su respaldo al considerar insuficiente el peso que la Vital tendría en el nuevo banco —el 9,6% de los activos—. "El procedimiento acordado supone un perjuicio para Álava", señaló el PP alavés en una nota en que hizo pública su posición poco antes de la una de la tarde. Allí recordaba, como luego bvarios...

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A menos de una semana de que los Consejos de Administración de las tres cajas vascas aprueben el próximo día 30 las condiciones para su fusión, el proyecto vuelve a chocar con un escollo político. El PP, que hasta el momento había venido avalando la fusión fría, retiró ayer su respaldo al considerar insuficiente el peso que la Vital tendría en el nuevo banco —el 9,6% de los activos—. "El procedimiento acordado supone un perjuicio para Álava", señaló el PP alavés en una nota en que hizo pública su posición poco antes de la una de la tarde. Allí recordaba, como luego bvarios de sus dirigenets en privado, que el peso que la fallida fusión caliente a tres bandas de 2005 otorgaba a la entidad alavesa se situaba en el 15%.

El PP rechaza que la caja alavesa sea "parte ínfima de una banco de BBK"

El nuevo proyecto supone crear un banco con unos activos de unos 80.000 millones de euros y un beneficio conjunto en 2010 cercano a los 340 millones, 6.000 empleados y casi 900 sucursales.

Las alarmas saltaron en la dirección del PP alavés tras una conversación entre responsables del partido en Álava y directivos de las cajas en la que fueron informados del reparto de activos que se estaba manejando para la creación del nuevo banco.

Después de sondear en la mañana de ayer al consejero de Economía, Carlos Aguirre, para conocer si había margen de maniobra, los populares alaveses hicieron público que en esas condiciones resulta cuestionable vender los activos a "un banco propiedad de la BBK", del que la entidad alavesa quedaría convertida en "la parte ínfima".

Fuentes conocedoras del proceso indicaron que efectivamente la ficha bancaria había sido solicitada con anterioridad por BBK, pero que "no es técnicamente correcto" asegurar que es un banco de la caja vizcaína. "Cuando se viertan los activos será propiedad de los tres", precisaron.

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El PP trasladó a Aguirre no solo que no avalan la cuota de reparto, sino que de mantenerse la operación en esos términos así se replanteará su apoyo a la ley de Cajas. Su aprobación, que el Gobierno lleva meses negociando con los populares, es un proceso paralelo a la fusión, y el Ejecutivo necesita el concurso de su socio preferente, toda vez que el PNV ya ha mostrado su rechazo al proyecto avanzado por Economía por su intención explícita de restar peso a los peneuvistas en las futuras asambleas.

Los populares no tienen capacidad por sí solos para bloquear la fusión en la Asamblea de la entidad alavesa, ya que controlan menos del 30% de los compromisarios, pero su rechazo dejaría el proyecto en una situación muy complicada, sino imposible, debido a la fragmentación de la Asamblea. Todo quedaría a expensas del voto de los representantes de las centrales nacionalistas, que ya han apuntado su rechazo.

"No deseamos bloquear la fusión, pero nos hemos plantado porque queremos que se reconsidere", recalca un dirigente popular implicado directamente en las negociaciones.

El PP alavés cuenta con el respaldo expreso de Antonio Basagoiti, pero no todo es sintonía en las filas populares. Fuentes del partido en Vizcaya marcaron distancias. "No hemos visto ningún informe de valoración, pero las cosas valen lo que valen", señalaron estas fuentes. "La BBK no puede regalar dinero a nadie", añadieron.

Si los consejos de administración no aprueban el proyecto de fusión el próximo jueves, las auditoras tendrán que volver a hacer nuevas valoraciones de los activos de las tres cajas sobre las cuentas consolidadas a 31 de marzo de 2011. Ahora se manejan las de 31 de diciembre.

Este proceso, costoso y lento, retrasaría la aprobación en los consejos hasta septiembre, y en las asambleas hasta finales o principios del próximo año. "Ese escenario es impensable", indicaron ayer fuentes de las cajas. "No podemos dejar en manos de Bildu un proyecto que interesa a todo el país".