Columna

Una buena iniciativa

La izquierda de origen comunista, PCE en un primer momento e IU después, ha sido la gran perjudicada del sistema electoral español y también, aunque en menor medida, del sistema electoral andaluz. El número relativamente bajo en términos de derecho comparado del total de escaños del Congreso de los Diputados, combinado con la constitucionalización de la provincia como circunscripción electoral y la asignación, no por la Constitución pero sí por la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, de un mínimo de dos escaños por provincia, ha conducido a que en más de 30 provincias españolas el número...

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La izquierda de origen comunista, PCE en un primer momento e IU después, ha sido la gran perjudicada del sistema electoral español y también, aunque en menor medida, del sistema electoral andaluz. El número relativamente bajo en términos de derecho comparado del total de escaños del Congreso de los Diputados, combinado con la constitucionalización de la provincia como circunscripción electoral y la asignación, no por la Constitución pero sí por la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, de un mínimo de dos escaños por provincia, ha conducido a que en más de 30 provincias españolas el número de escaños sean seis o menos de seis. Cuando esto ocurre, aunque el sistema sea formalmente proporcional, materialmente opera como un sistema mayoritario, en el que únicamente tienen posibilidad de obtener representación los dos grandes partidos que compiten. Si a esta constitucionalización de la provincia como circunscripción electoral añadimos una fórmula electoral de media mayor, en nuestro caso la fórmula D'Hondt, que también favorece a los grandes partidos, el resultado es desastroso para IU. Un sistema proporcional, para operar realmente como tal, exige que el número de escaños de la circunscripción sea elevado. En España el sistema únicamente es proporcional en sentido estricto en Madrid y Barcelona.

En las elecciones al Parlamento de Andalucía el perjuicio para IU no es, ni de lejos, similar al de las elecciones al Congreso de los Diputados, ya que el número de escaños de cada circunscripción es mucho mayor, pero también sigue siendo perjudicada. El aumento del número de escaños de 109 a 135, acentuaría la proporcionalidad del sistema y, como consecuencia de ello, Izquierda Unida, también el Partido Andalucista, resultarían beneficiados.

Es lógico, pues, que la dirección de IU haya tomado la iniciativa de solicitar una reforma de la ley Electoral que permita aumentar el número de escaños del Parlamento de Andalucía. Hubieran podido proponer que se pasara también de una fórmula electoral de media mayor a una fórmula de resto mayor, que es la que surte efectos más inmediatamente proporcionales. El cambio de fórmula electoral no es tan importante como el aumento del número de escaños, pero lo es mucho. Con un mayor número de escaños por circunscripción y una fórmula de resto mayor el Parlamento de Andalucía sería más expresivo de la complejidad de la sociedad andaluza de lo que lo es el Parlamento actual, es decir, sería más representativo.

Hubiera sido muy interesante que en nuestra comunidad autónoma se hubiera hecho una reforma de este tipo. Dada la extensión territorial y el volumen de población de Andalucía, se hubieran podido extraer experiencias que tal vez hubieran podido proyectarse más allá de los límites de nuestra comunidad. Un sistema electoral que permitiera que la sociedad andaluza se expresara a través de un sistema político más plural, supondría o podría suponer, al menos, un avance democrático considerable. En un momento en el que hay tanta desconfianza hacia la democracia, hubiera estado bien. La iniciativa de IU es una buena iniciativa.

Ahora bien, el momento en que han tomado la iniciativa no parece el más apropiado para que pueda prosperar. Los últimos meses de una legislatura no son el momento en que se pueden hacer reformas de esta naturaleza. De ahí que no se pueda esperar que vaya a prosperar. Pero no debería caer en saco roto. En la próxima legislatura sería bueno que se reiterara la iniciativa, a fin de que hubiera tiempo para estudiarla y, si hay mayoría suficiente con voluntad de hacerlo, que se aprobara. Ya veremos si el resultado electoral lo permite.

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