Reportaje:

El arte de volver a empezar es Mucho

Los supervivientes de The Sunday Drivers se reinventan en español

Atención, que aunque no lo parezca, por la puerta de atrás entran cuatro de los Ciudadanos de Honor de Toledo transformados en Mucho. Esta no es una historia de superhéroes pero podría serlo. Al fin y al cabo el nombre de Fausto, el guitarra, suena bastante a superhéroe de barrio (o de polígono) toledano, que es un poco lo que son los integrantes de esta banda de supervivientes de The Sunday Drivers (cuatro de seis): Martí Perarnau (de 26 años, voz, guitarra y teclados), Carlos Pinto (34, batería y percusión), Miguel de Lucas (35, bajo y coros) y Fausto Pérez (35, guitarras y coros).

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Atención, que aunque no lo parezca, por la puerta de atrás entran cuatro de los Ciudadanos de Honor de Toledo transformados en Mucho. Esta no es una historia de superhéroes pero podría serlo. Al fin y al cabo el nombre de Fausto, el guitarra, suena bastante a superhéroe de barrio (o de polígono) toledano, que es un poco lo que son los integrantes de esta banda de supervivientes de The Sunday Drivers (cuatro de seis): Martí Perarnau (de 26 años, voz, guitarra y teclados), Carlos Pinto (34, batería y percusión), Miguel de Lucas (35, bajo y coros) y Fausto Pérez (35, guitarras y coros).

Para reinventarse, se han rebautizado a la española como Mucho, en honor a una expresión euskalduna que viene a significar algo así como guay. Son de esos tipos modernos un poco gafapastas que se cansaron de ser tannn moderrrrrnos y, aunque han teloneado a Coldplay, actuado en el FIB y llenado La Riviera, hoy, con un aire más desenfadado y menos impostado, todo vuelve a empezar para ellos. Hoy es su puesta de largo en la sala El Sol. Hoy son Mucho: "Una banda nueva aunque seamos dinosaurios del rock". La frase es, por supuesto, de Fausto.

La última vez que tocaron como The Sunday Drivers fue en Benicàssim el año pasado, así que la reinvención ha sido rauda y veloz, como corresponde a músicos poligoneros de esta estirpe, que han metido una media de 12 horas semanales en el local de ensayo que mantienen en el área industrial toledana. El disco, homónimo, lo han grabado, mezclado y masterizado en un mes.

"No pasó nada, sencillamente nos cansamos de la línea musical que llevábamos y, además, eran muchos años juntos y cada uno va un poco redefiniendo su camino", cuentan explicando su separación. "Pero seguimos siendo amigos todos, no hay malos rollos ni historias", agregan.

Aunque ahora ya no pueden vivir solo de la música y unos curran y otros, como Miguel, se consideran "perfectos amos de casa", confían en poder hacerlo más pronto que tarde. Algo que resume Fausto, que ahora también se gana la vida fabricando amplificadores (www.faustone.com), con otro de sus grandes titulares: "Todos echamos de menos los cachés".

Y ¿a qué suena Mucho? A unas frescas melodías poperas y guitarreras acompañadas de letras en español, aunque por lo que cuentan parece que fue al revés: "Llegó Marti con unas canciones en castellano y nos pusimos con las melodías. La primera vez nos sonó un poco raro, pero la segunda nos moló y, de manera natural, asumimos el reto de superarnos". Desde entonces son bilingües, aunque este primer disco es entero en español.

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Lo saben, están avocados a la comparación con los domingueros. Pero esta noche los honorables toledanos van dispuestos a saltar sin mirar.

Mucho. 22.30, sala El Sol. Jardines, 3. Entrada 15 euros.

Desde la izquierda, Miguel, Marti, Fausto y Carlos, Mucho.SAMUEL SÁNCHEZ

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