Crítica:VINOS

Suculencia frutal

Carlos Moro, de formación y vocación científica, es un decidido impulsor del I+D+i en el mundo del vino, lo que se traduce en variadas y entusiastas apuestas por la innovación y el desarrollo sostenible en un campo, el vitivinícola, donde impera el conservadurismo extremo y la desconfianza ancestral hacia lo diferente.

Desde la presidencia del Grupo Matarromera ha impulsado no solo la expansión empresarial, con presencia en zonas tan prestigiosas como Toro, Ribera del Duero, Cigales, y Rueda, sino la oferta de productos novedosos, como su línea Emina sin alcohol. Pero, como hombre de vi...

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Carlos Moro, de formación y vocación científica, es un decidido impulsor del I+D+i en el mundo del vino, lo que se traduce en variadas y entusiastas apuestas por la innovación y el desarrollo sostenible en un campo, el vitivinícola, donde impera el conservadurismo extremo y la desconfianza ancestral hacia lo diferente.

Desde la presidencia del Grupo Matarromera ha impulsado no solo la expansión empresarial, con presencia en zonas tan prestigiosas como Toro, Ribera del Duero, Cigales, y Rueda, sino la oferta de productos novedosos, como su línea Emina sin alcohol. Pero, como hombre de viñedo que es, no se olvida de las raíces. Por eso, en su variada oferta de vinos -nada menos que 27 marcas de sus cinco bodegas- busca subrayar la personalidad de los diferentes terruños del viñedo propio para elaborar vinos de fuerte personalidad y carácter.

CYAN LA CALERA 2004

Grupo Matarromera. Ctra. de San Bernardo, s/n. Valbuena de Duero (Valladolid). Teléfono: 902 43 01 70. Internet: www.grupomatarromera.com. DO: Toro. Tipo: tinto crianza, 14%. Cepas: tinta de Toro. Precio: 22 euros. Puntuación: 9,2/10.

Uno de los más logrados ¡y exportables! del grupo es Cyan La Calera. Parte de una finca del mismo nombre, sobre terrenos calcáreos, con cepas muy viejas de bajo rendimiento. Y no elabora vino todos los años, sino únicamente los de altísima calidad. Por eso, las diferencias entre las añadas son significativas. Lo mejor, hasta ahora, es este 2004 de aroma potente, con abundante fruto maduro que recuerda a la mora silvestre, la ciruela, la grosella y el regaliz. Las elegantes notas de balsámicos, tostados y especias, unidas a su mineralidad, aportan hondura. En boca es sabroso, casi suculento, con una sólida espina dorsal de taninos carnosos y un final golosamente frutal.

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