LA GESTIÓN DE LA LEY DE DEPENDENCIA | Elecciones municipales y autonómicas

ASIGNATURAS DEL 22-M

ANTONIO BARCOS Afectado de Baleares

- Antonio Barcos levanta a su hijo, le lava, le viste, le afeita, le cepilla los dientes. El muchacho tiene 24 años y en la adolescencia empezaron sus problemas mentales, salpicados de episodios violentos. "Antes pegaba a la gente en la calle, ahora solo me pega a mí. Es por las pastillas", le disculpa el padre, que está en paro. Los dos viven solos y esperan la ayuda solicitada en 2009. "Aquí solo se gastan el dinero en el catalán y en la televisión balear".

JAIME E. GARCÍA Afectados de Valencia

- Jaime Esteban García e...

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ANTONIO BARCOS Afectado de Baleares

- Antonio Barcos levanta a su hijo, le lava, le viste, le afeita, le cepilla los dientes. El muchacho tiene 24 años y en la adolescencia empezaron sus problemas mentales, salpicados de episodios violentos. "Antes pegaba a la gente en la calle, ahora solo me pega a mí. Es por las pastillas", le disculpa el padre, que está en paro. Los dos viven solos y esperan la ayuda solicitada en 2009. "Aquí solo se gastan el dinero en el catalán y en la televisión balear".

JAIME E. GARCÍA Afectados de Valencia

- Jaime Esteban García es el coordinador de las plataformas en defensa de la Ley de Dependencia de la Comunidad Valenciana, la región donde los afectados se han movilizado más. "Aquí no se cumplen los plazos ni se valora bien a los dependientes, porque lo hace una empresa semipública", se queja García. "Sabemos que la ley funciona mejor en otras regiones, siendo esta una de las más prósperas. Aquí la prioridad son los grandes eventos y los servicios sociales, sin atender". "¿Si creo que afectará en las elecciones? Espero que afecte".

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ELENA GARCÍA Afectada en Madrid

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- La madre de Elena García tiene 88 años, un alzhéimer avanzado y una solicitud para recibir una ayuda por dependencia que se cursó en 2007. La ayuda se concedió, pero siguen esperándola. "Ni cartas, ni notificaciones, ni cuánto va a recibir, nada", dice García. Mientras, la familia gasta 3.500 euros en una residencia para el matrimonio de ancianos. "Hemos vendido la casa". Elena García no cree que la dependencia tenga un reflejo en las elecciones. "En Madrid no se cumple, pero la gente, al final, vota siempre lo mismo".