Del dicho al hecho
Los votantes apenas leen programas electorales porque sorprende si alguien lo hace. Lástima que las propuestas políticas que imprimen los partidos sean para la galería y acaben en papel mojado y en la mano de la oposición para desgaste del gobernante. Por eso, en esta campaña electoral evaluemos los hechos para dirimir el voto. Acuda al ambulatorio u hospital y sepa cuándo le reciben y cómo le tratan. Examine al director y evalúe la educación del colegio. Llame a la Policía Municipal y compruebe con qué prontitud y maneras le atienden. Solicite información, ayuda o reclamación al municipio o a...
Los votantes apenas leen programas electorales porque sorprende si alguien lo hace. Lástima que las propuestas políticas que imprimen los partidos sean para la galería y acaben en papel mojado y en la mano de la oposición para desgaste del gobernante. Por eso, en esta campaña electoral evaluemos los hechos para dirimir el voto. Acuda al ambulatorio u hospital y sepa cuándo le reciben y cómo le tratan. Examine al director y evalúe la educación del colegio. Llame a la Policía Municipal y compruebe con qué prontitud y maneras le atienden. Solicite información, ayuda o reclamación al municipio o autonomía y valore su gestión y respuesta. Pregúntese si le aterra bajar a la calle de noche, si espera mucho al metro o autobús y cuánta porquería del suelo sortea hasta llegar a su casa. Y una vez dentro, vigile si le interrumpen el sueño botellones o la música y el barullo del bar de enfrente. Compute cuánto paga para el sostenimiento de las Administraciones y al final qué asistencias recibe. O bien cómo las gastan ellos y cómo vive usted hoy. La vara de medir son los hechos.