Cartas al director

Mourinho, sancionado

Cualquier persona sensata, sea o no aficionada al fútbol, sabe que el Barça está desarrollando actualmente mejor juego que el Real Madrid y que jugará la final de Wembley por méritos propios. Esa misma persona, y aplicando la misma sensatez, podrá concluir que para llegar a esa final al Barça no le hacía falta ninguna el "teatro" que han hecho en el campo varios de sus jugadores. El problema de la gran tecnología alcanzada con las cámaras de televisión es que ningún gesto que trate de ocultar cualquier jugador pasa inadvertido para ese ojo que todo lo ve. Que todos, absolutamente todos los jug...

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Cualquier persona sensata, sea o no aficionada al fútbol, sabe que el Barça está desarrollando actualmente mejor juego que el Real Madrid y que jugará la final de Wembley por méritos propios. Esa misma persona, y aplicando la misma sensatez, podrá concluir que para llegar a esa final al Barça no le hacía falta ninguna el "teatro" que han hecho en el campo varios de sus jugadores. El problema de la gran tecnología alcanzada con las cámaras de televisión es que ningún gesto que trate de ocultar cualquier jugador pasa inadvertido para ese ojo que todo lo ve. Que todos, absolutamente todos los jugadores de fútbol, fingen faltas que no son, se tiran a la piscina para provocar penaltis, o exageran los golpes recibidos no lo vamos a descubrir ahora.

Aplicando igual sensatez de razonamiento, esa persona diría que al Real Madrid le sobra el 90% de las manifestaciones y actuaciones de que hace gala Mourinho, y muchos afirmarían que le sobra hasta el propio Mourinho. Es conveniente pasar la página de la enorme tensión levantada por los enfrentamientos (nunca mejor, o peor, dicho) Barça-Madrid, pero unos y otros deberían hacer caso a esas personas sensatas; ¡que las hay, en toda la sociedad y en los dos clubes!- Carlos Luis Ruiz Alcaide. Córdoba.

Como buena parte del madridismo, estoy especialmente cansado de la crítica constante que de un tiempo a esta parte se viene haciendo al entrenador del Real Madrid, José Mourinho. Uno ya está harto de escuchar que el portugués es la peste del equipo blanco, que su soberbia o su falta de saber estar no conocen parangón. No hay día en que no se ponga en tela de juicio cualquier declaración realizada por el técnico del equipo blanco. Cada frase suya se mide con un único rasero que le ha condenado a ser, presuntamente, culpable cada vez que abre la boca. Es cierto que Mourinho no es un tipo muy diplomático, ni le baila el agua a nadie, ni se muerde la lengua, y que dice lo que piensa aunque no sea el momento de hacerlo. Pero de eso a que sea el mal mayor del mundo del fútbol hay un trecho.

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Es cierto también que sus inmediatos predecesores en el cargo eran más comedidos y era complicado verles perder la compostura, al menos frente a las cámaras, y que dieron muestras de saber canalizar de manera políticamente correcta toda la presión que conlleva el cargo. Pero también es cierto que no consiguieron título alguno.

Se está generando una mourinhofobia galopante en buena parte de la opinión pública, una animadversión, a mi entender, desmedida y poco justa. David Pérez Madrid

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