Crítica:MÚSICA | DISCOS

Víctor Coyote

¿Quién pretende ser la reencarnación de Rimbaud, persigue el fuego fatuo de las mujeres maduras e intenta suicidarse "a base de Cointreau"? Sin lugar a dudas, un personaje ideado por Víctor Coyote; concretamente, el protagonista de Joven de cuello vuelto, una de las canciones que configuran Dos años luz y cuarto, su nuevo y reciente álbum. Víctor, paradigma libertario del traficante de pasiones, regresa con una apuesta estimulante siete años después de aquel breve ¿A qué viene ahora silbar? Dos años luz y cuarto es un tratado de costumbrismo o surrealismo gallego ("...

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¿Quién pretende ser la reencarnación de Rimbaud, persigue el fuego fatuo de las mujeres maduras e intenta suicidarse "a base de Cointreau"? Sin lugar a dudas, un personaje ideado por Víctor Coyote; concretamente, el protagonista de Joven de cuello vuelto, una de las canciones que configuran Dos años luz y cuarto, su nuevo y reciente álbum. Víctor, paradigma libertario del traficante de pasiones, regresa con una apuesta estimulante siete años después de aquel breve ¿A qué viene ahora silbar? Dos años luz y cuarto es un tratado de costumbrismo o surrealismo gallego ("La lógica de los ópticos parte de un punto de vista; punto que desde otra óptica no está tan claro que resista"), trufado de agridulce lucidez ("¡Qué ristra de mentiras, cómo me hacían feliz! ¡Qué ristra de mentiras, sin ellas ya no sé vivir!") y armado con lo que él llama glam-folk, que no es otra cosa que un espléndido armazón musical vintage.

Víctor Coyote

Dos años luz y cuarto

Eureka

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