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Lo que cuesta encontrar un 'número dos'

Rodrigo Rato organiza la trinchera de Bankia mientras busca un consejero delegado

Un mensaje grabado explica, mientras la llamada está en espera, el proceso de integración de las siete cajas de ahorros que forman Bankia y sus objetivos cara al futuro. Y entretanto "el primer banco de la nueva banca" -un discutido lema publicitario- camina, desgajándose en banco bueno (Bankia), que saldrá a cotizar en Bolsa, y banco malo (Banco Financiero y de Ahorros), que tendrá la participación mayoritaria del anterior, y su presidente, Rodrigo Rato, continúa con la búsqueda de un consejero delegado para llevar la línea ejecutiva.

No es que lo esté buscando desesperadamente,...

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Un mensaje grabado explica, mientras la llamada está en espera, el proceso de integración de las siete cajas de ahorros que forman Bankia y sus objetivos cara al futuro. Y entretanto "el primer banco de la nueva banca" -un discutido lema publicitario- camina, desgajándose en banco bueno (Bankia), que saldrá a cotizar en Bolsa, y banco malo (Banco Financiero y de Ahorros), que tendrá la participación mayoritaria del anterior, y su presidente, Rodrigo Rato, continúa con la búsqueda de un consejero delegado para llevar la línea ejecutiva.

No es que lo esté buscando desesperadamente, pero Rato se ha encontrado con que, por una razón u otra, no le está resultando fácil dar con la persona para ocupar ese cargo. Así que, de momento, se centra en organizar la trinchera con otras prioridades, como rematar la integración y preparar la salida a Bolsa. Fuentes autorizadas sostienen que incluso está dispuesto a tirar con el equipo actual de cuatro directores generales (Ildefonso Sánchez Barcoj, Matías Amat, Aurelio Izquierdo y Pedro Vázquez) para abordar el proceso que tiene por delante a corto plazo.

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Aunque la opción de dentro de la casa no es descartable, alguno de los asesores sostiene que la incorporación de un ejecutivo de fuera daría más confianza a los mercados. Bankia necesita una imagen de savia nueva para limpiar un pasado atizado por la crisis inmobiliaria, detonante principal de los procesos de integración de cajas que se han vivido en los últimos meses.

Al respecto, en la plana mayor de Bankia se han barajado varios nombres. Se ha contemplado la posibilidad de José Ignacio Goirigolzarri, ex consejero delegado del

BBVA, y hay quien asegura que le han tirado los tejos. También, en el mismo entorno, ha salido el nombre de su colaborador José Sevilla, exresponsable de riesgos del BBVA, también prejubilado. Sin embargo, aunque tiene 57 años y tiempo por delante, es difícil que Goiri -apelación amistosa con la que se le conoce en su entorno- acepte el cargo por diversas razones. La primera y principal es que si vuelve a trabajar en el sector financiero debe renunciar a la parte que le corresponde hasta la edad de jubilación, según el compromiso adquirido en el contrato de alta dirección que firmó en su día con el BBVA.

Goirigolzarri pactó una pensión de 52,3 millones de euros, lo que correspondía a unos tres millones por año, en su inesperada salida del banco, a la que se vio sujeto toda vez que los contratos de alta dirección del BBVA recogen que la entidad puede prejubilar a cualquier alto cargo a partir de los 52 años, además de la citada penalización en caso de fichar por una entidad financiera. Es decir, para que volviera a un banco, este tendría que compensarle para que no saliera perdiendo. Y eso es muy costoso para una entidad que como Bankia no está para tirar cohetes y que además ha recibido cerca de 5.000 millones de euros del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB). Lo mismo podría decirse de Sevilla.

No sería, sin embargo, la primera vez que sucediera algo así. En 2002, el Banco Santander contrató a José Antonio Álvarez, del BBVA, como director general financiero y pagó la penalización por la pérdida de bonus de los últimos dos años. Algo similar ocurrió con la incorporación de Jaime Echegoyen, de Bankinter, a la filial española de Barclays el pasado febrero y con el fichaje por el Lloyds de Antonio Horta Osorio, procedente del Santander Reino Unido, que recibió una sustanciosa paga de bienvenida.

Pero, además de eso, habría que contar con la predisposición mental de Goiri, que, según ha reconocido a algún allegado, no tiene intención de volver al sector financiero después de haber estado en la champions como número dos del banco vasco. No abomina, eso sí, de otro sector empresarial. En ese sentido, además de no tener penalización alguna, pueden presentarse algunas oportunidades sin que pase mucho tiempo y en sectores importantes que no le son del todo desconocidos por las relaciones del BBVA.

Mientras tanto, Goirigolzarri continuará dedicándose a la Fundación Garum, que creó para "impulsar valores que ayuden y precipiten la máxima generalización de nuevos proyectos empresariales, pero su foco principal se centra en la optimización de los eslabones de la cadena de valor para el desarrollo de proyectos", según el propio Goirigolzarri. -

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