España se aleja otra vez de la zona de riesgo pese a pagar más por la deuda

Baja el diferencial con el bono alemán mientras sube para el resto de periféricos

La crisis fiscal europea ha demostrado a lo largo del año que lleva en marcha que es mejor no subestimarla. Cualquier chispa es capaz de reavivar las llamas en un mercado que se ha vuelto tan inflamable como la paja. Ahora ha sido la posible reestructuración de la deuda de Grecia la que ha reactivado las turbulencias. Y si Atenas vuelve a caer, España tiene muchas opciones de abrasarse por el efecto dominó que generaría otra tragedia griega entre los países más frágiles de una eurozona ya debilitada. Pese a ello, España ha logrado desmarcarse otra vez del grupo de cabeza de la crisis, a...

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La crisis fiscal europea ha demostrado a lo largo del año que lleva en marcha que es mejor no subestimarla. Cualquier chispa es capaz de reavivar las llamas en un mercado que se ha vuelto tan inflamable como la paja. Ahora ha sido la posible reestructuración de la deuda de Grecia la que ha reactivado las turbulencias. Y si Atenas vuelve a caer, España tiene muchas opciones de abrasarse por el efecto dominó que generaría otra tragedia griega entre los países más frágiles de una eurozona ya debilitada. Pese a ello, España ha logrado desmarcarse otra vez del grupo de cabeza de la crisis, aunque no le ha salido barato.

En un mercado enrarecido por Grecia, el Tesoro español logró colocar ayer 3.372 millones en deuda a 10 años hasta rozar los objetivos máximos de la subasta, fijados en 3.500 millones. No obstante, para superar las mayores dudas, se vio obligado a elevar el rendimiento de los bonos del 5,179% que pagó en marzo al 5,483% de ayer.

Moody's cree que la crisis fiscal pasará factura a las empresas de la zona

Este interés se situó por debajo del 5,6% que abonó el Tesoro en una emisión sindicada en enero a 10 años, pero este tipo de operaciones siempre exige unos tipos más altos. Sin contar con ella, hay que remontarse a diciembre, cuando el mercado reaccionó con nervios al rescate de Irlanda, para encontrar un nivel similar. Entonces abonó un 5,49%, lo que supuso un máximo desde 2000. Por tanto, el coste del Estado para financiarse se mantiene en los niveles más altos de los últimos 11 años.

Gracias a subir el precio, pero también a que el país mantiene la confianza de los inversores, la demanda aumentó frente a la anterior operación a 10 años hasta duplicar la oferta.

El resultado de la subasta fue recibido positivamente por los inversores, que suavizaron su presión sobre España hasta reducir la prima de riesgo. Este diferencial, que equivale al sobreprecio exigido a los bonos a 10 años frente a los alemanes, bajó seis puntos básicos, hasta 216. No fue un gran descenso, pero si se compara con lo que pasó con Grecia, Irlanda y Portugal, que registraron la evolución inversa, adquiere su relevancia. También las Bolsas reaccionaron al alza.

"Teniendo en cuenta que venimos de una situación con una subida de la prima, la subasta es un pequeño alivio", destacó Nicolás López, de MG Valores. José Carlos Díez, de Intermoney, abundó en que "el mercado la absorbió muy bien".

Portugal, donde continúan las negociaciones sobre el rescate, también acudió ayer al mercado para vender letras a tres y seis meses. Estos títulos vencerán cuando el país ya cuente con los 80.000 millones de la ayuda financiera del FMI y la UE, lo que es una garantía de pago. Pese a ello, tuvo que subir los intereses medio punto porcentual hasta el 4,046% en las letras a tres meses y al 5,529% a seis, cerca de lo que paga España para financiarse a 10 años. Mientras, el acoso contra su deuda no cedía y sus bonos a cinco años rebasaron otro récord en el mercado secundario, al superar el 11%.

Las turbulencias en la deuda, advirtió la agencia Moody's, pasarán factura a las empresas de los periféricos, que necesitan refinanciar 920.000 millones hasta 2014. En su opinión, un "riesgo clave" que hace aún más necesario usar ya los extintores.