Crítica:DANZA | BABEL (WORDS)

¡Apabullante!

Un fascinante montaje vuelve a sacudir al público del Mercat de les Flors. Se trata de Babel (words), última creación del admirado Sidi Larbi Cherkaoui, que firma junto con Damien Jalet y el escultor Antony Gormley. Al igual que en D'avant, primer trabajo en Barcelona de los dos primeros, el espectáculo va de la angustia al goce, de la violencia a la caricia, de la vanguardia a la tradición.

Dieciocho artistas de 13 países con siete religiones protagonizan este hipnótico espectáculo. Artistas totales porque dominan baile, canto, acrobacia... Faltan superlativos para...

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Un fascinante montaje vuelve a sacudir al público del Mercat de les Flors. Se trata de Babel (words), última creación del admirado Sidi Larbi Cherkaoui, que firma junto con Damien Jalet y el escultor Antony Gormley. Al igual que en D'avant, primer trabajo en Barcelona de los dos primeros, el espectáculo va de la angustia al goce, de la violencia a la caricia, de la vanguardia a la tradición.

Dieciocho artistas de 13 países con siete religiones protagonizan este hipnótico espectáculo. Artistas totales porque dominan baile, canto, acrobacia... Faltan superlativos para calificar su apabullante trabajo, que se nutre de los diálogos de Lou Cope y de las ricas frases coreográficas de uno de los creadores con más registros, Larbi, que aquí, junto a Jalet, compunge al espectador con una hiriente crítica sobre la incomunicación actual. Tecnología, tradición y vanguardia salpican esta Babel, con la que sus autores cierran una trilogía que completan Foi (2003) y Myth (2007).

BABEL (WORDS)

Coreografía de Sidi Larbi Cherkaoui y Damien Jalet. Diseño visual de Antony Gormley. Mercat de les Flors. Barcelona. 15 de abril

Larbi y Jalet tienen un aliado en Gormley, creador de unos cubos enormes tridimensionales que forman paisajes desoladores o, manipulados por los intérpretes, un refugio. Ya el comienzo es impactante: los 18 bailarines realizan un baile agresivo y acrobático; los músicos entonan cantos turcos. La dureza de las imágenes, salpicadas con fragmentos de humor, convierte al espectador en bipolar. Esa manipulación emocional llegó a su clímax al final, cuando fronteras e imposiciones políticas y espirituales se derrumban y los intérpretes se encadenan y avanzan juntos bajo la frase del neurocientífico V. S. Remachandran: "Unidos por nuestras neuronas, separados solo por nuestra piel". El Mercat vibró.

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