Análisis:

Spectacle

En el 7 de Digital + se esconde un canal llamado Xtras que sirve de recolector de joyas. Hace poco vi el descacharrante corto Contaminemos, nominado al Oscar. Propone una lectura disparatada de nuestro maltrato al planeta reivindicando el orgullo de contaminantes y destructores. Un llamamiento irónico a gastar, a correr con el coche, a dejar las luces encendidas y poner la calefacción en verano. El ser humano se reconoce siempre mejor en un espejo deformante. En ese canal pasan un programa de hace dos años presentado por Elvis Costello. Siempre ha sido un músico mítico, porque entre otr...

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En el 7 de Digital + se esconde un canal llamado Xtras que sirve de recolector de joyas. Hace poco vi el descacharrante corto Contaminemos, nominado al Oscar. Propone una lectura disparatada de nuestro maltrato al planeta reivindicando el orgullo de contaminantes y destructores. Un llamamiento irónico a gastar, a correr con el coche, a dejar las luces encendidas y poner la calefacción en verano. El ser humano se reconoce siempre mejor en un espejo deformante. En ese canal pasan un programa de hace dos años presentado por Elvis Costello. Siempre ha sido un músico mítico, porque entre otras cosas nos permitió saber que se podía ser feo y gafotas y triunfar en el mundo del rock. Su capacidad para entusiasmarse por la tradición y la música de otros le hace una inquieta rara avis.

Desde el teatro Apollo de Nueva York entrevista en su Spectacle a crooners clásicos como Tony Bennet, figuras históricas de la Motown como Smokey Robinson o estrellas como Elton John, Herbie Hancock o James Taylor. Es capaz de sentar en el escenario a los tres componentes de Police, al terminar su gira de viejos éxitos y nueva recaudación, pese al hastío picajoso que reina entre ellos. Sabe hablar con todos, tocar con todos, poner a sonar juntos a Norah Jones con Kris Kristofferson y Roseanne Cash y desgranar anécdotas de Peter Warlock, Ray Charles o Leon Russell.

Admite en el club, sin perder la capacidad para admirar, a jóvenes como Rufus Wainright o Jakob Dylan y hasta invita a tocar al dúo She & Him para que Zooey Deschanel cante Changeishard, que es como una balada transparente de Emylou Harris pasada por la melancólica alegría de los Beach Boys. Si todos los programas culturales pusieran en escena tanta pasión y curiosidad como esta coproducción canadiense, norteamericana y británica, se ganarían el espacio en nuestro recuerdo y nuestra estima, ambos índices mucho más valiosos que el tan pasajero resultado de audiencia.

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