Los objetivos de la manifestación
Todo ciudadano es libre de manifestarse por lo que desee. Sin embargo, salir a la calle para exigir al Gobierno que Sortu o Bildu no concurran a las elecciones es como manifestarse para que el Gobierno logre que la Luna sea propiedad exclusiva de España. En un Estado de derecho, solo los tribunales pueden decidir si un partido puede o no concurrir a las elecciones. Esta garantía es vital para el funcionamiento de la democracia, pues al igual que una mayoría de personas cree hoy que hay que ilegalizar Sortu, mañana esa mayoría podría pensar que hay que ilegalizar el Partido Comunista o Esquerra...
Todo ciudadano es libre de manifestarse por lo que desee. Sin embargo, salir a la calle para exigir al Gobierno que Sortu o Bildu no concurran a las elecciones es como manifestarse para que el Gobierno logre que la Luna sea propiedad exclusiva de España. En un Estado de derecho, solo los tribunales pueden decidir si un partido puede o no concurrir a las elecciones. Esta garantía es vital para el funcionamiento de la democracia, pues al igual que una mayoría de personas cree hoy que hay que ilegalizar Sortu, mañana esa mayoría podría pensar que hay que ilegalizar el Partido Comunista o Esquerra Republicana. El criterio de ilegalización no puede ser la opinión mayoritaria en un momento dado, sino la Constitución y la ley.
Lo grave de esta manifestación no es que miles de personas salieran a pedir al Gobierno algo que no es de su competencia. Lo verdaderamente condenable y preocupante es que tantos dirigentes de un partido que quiere gobernar nuestro país y a quienes se presume conocimientos sobre el funcionamiento del Estado de derecho, se una esas peticiones. Y menos decoroso aún resulta su participación en una protesta donde los manifestantes portaban pancartas que equiparan al presidente de un Gobierno democrático, elegido por más de 11 millones de españoles, con una banda terrorista.