Contador elige ante el TAS el árbitro al que recusó Valverde

"O es un suicidio o una maniobra brillantísima", sintetiza un experto español en derecho deportivo al conocer que Alberto Contador y la federación han elegido al profesor de derecho Ulrich Haas, alemán, como uno de los tres árbitros que decidirán en el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) el futuro del ciclista, cuya absolución federativa tras dar positivo por clembuterol en el pasado Tour ha sido recurrida por la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Otro lo ha elegido la acusación, la UCI, el suizo Quentin Byrne-Sutton, y el tercero, y presidente, lo elegir...

"O es un suicidio o una maniobra brillantísima", sintetiza un experto español en derecho deportivo al conocer que Alberto Contador y la federación han elegido al profesor de derecho Ulrich Haas, alemán, como uno de los tres árbitros que decidirán en el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) el futuro del ciclista, cuya absolución federativa tras dar positivo por clembuterol en el pasado Tour ha sido recurrida por la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Otro lo ha elegido la acusación, la UCI, el suizo Quentin Byrne-Sutton, y el tercero, y presidente, lo elegirá el TAS en 15 días.

Haas, de 47 años, es conocido por los juristas deportivos españoles, ya que fue recusado, sin éxito, por Alejandro Valverde cuando recurrió ante el TAS la suspensión por dos años decretada por el comité olímpico italiano (CONI). Elegido entonces por este organismo, Valverde dudó de la independencia de Haas, ya que en su currículo figura una acreditada relación con la AMA: entre otras actividades, participó en la redacción del actual Código Mundial Antidopaje y fue nombrado por ella presidente de los observadores del dispositivo antidopaje en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

Además, Haas, prestigioso y prolífico en el TAS, ha participado en al menos dos casos en los que el protagonista fue el clembuterol: el de la nadadora estadounidense Jessica Hardy, sancionada por un año, pues el TAS reconoció que su negligencia al tomar un suplemento contaminado no fue significativa, y el del piragüista polaco Adam Seroczynski, quien en los Juegos de Pekín 2008 alegó, sin éxito, que el clembuterol encontrado en su orina provenía de carne contaminada y fue suspendido dos años.