Crítica:

Adultos adolescentes

En una secuencia de la parte inicial de Happythankyoumoreplease, debut como director y guionista de Josh Radnor, estrella televisiva de Cómo conocí a vuestra madre, un aspirante a escritor profesional ve rechazada en una editorial su primera novela porque, aunque su trabajo "tiene ritmo, sentido del humor y sus personajes son reconocibles", su protagonista es "un poco, pero no demasiado, de todo... y eso no vende". Una secuencia que puede funcionar al mismo tiempo como involuntaria metáfora de la propia película o incluso como muestra de sinceridad de su autor (Radner es director...

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En una secuencia de la parte inicial de Happythankyoumoreplease, debut como director y guionista de Josh Radnor, estrella televisiva de Cómo conocí a vuestra madre, un aspirante a escritor profesional ve rechazada en una editorial su primera novela porque, aunque su trabajo "tiene ritmo, sentido del humor y sus personajes son reconocibles", su protagonista es "un poco, pero no demasiado, de todo... y eso no vende". Una secuencia que puede funcionar al mismo tiempo como involuntaria metáfora de la propia película o incluso como muestra de sinceridad de su autor (Radner es director, guionista e interpreta al personaje en cuestión), que parece advertir al público de lo que se le viene encima: un buen rato alrededor de un tipo inteligente, pero no demasiado; simpático, pero no demasiado; talentoso, pero no demasiado; solidario, pero no demasiado; guapo, pero no demasiado... En fin, un personaje que igual tampoco logra vender su mensaje al gran público... aunque haya muchísimos así.

HAPPYTHANKYOUMOREPLEASE

Dirección: Josh Radnor.

Intérpretes: Josh Radnor, Kate Mara, Malin Akerman, Michael Algieri, Zoe kazan, Richard Jenkins, Pablo Schreiber.

Género: comedia. EE UU, 2010.

Duración: 100 minutos.

Josh Radner es otro integrante de la generación 'adultescente'
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Happythankyoumoreplease (todo junto, como un mantra mañanero que uno se repite para mejorar su existencia) tiene todos los toques habituales de las óperas primas en tono de comedia romántica con un cierto aroma dramático que se filman en el cine independiente americano. Y hasta puede presumir de su Premio del Público en el Festival de Sundance (otro cliché en sí mismo). Mientras, de forma natural, ya que estamos ante otro integrante de la llamada generación adultescente, esa que define a los treintañeros de buena parte del mundo (la semana pasada tuvimos otro ejemplo cinematográfico con la chilena La vida de los peces), empeñados en ser peterpanes incapaces de tomar decisiones adultas, Radner muestra sus cartas generacionales: alergia al compromiso, encabezonamiento en los sueños juveniles, mirada de soslayo hacia los niños, meros extraterrestres en su particular universo, nostalgia autocomplaciente...

Medianamente excéntrica, pero no demasiado; divertida, pero no demasiado; bonita, pero no demasiado; con momentos originales, pero no demasiado, la película viene a ser la aportación 2011 al modelo que anteriormente representaron, entre otras, las excelentes Beautiful girls, Persiguiendo a Amy o Garden State. Aunque, eso sí, un poco peor.

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