El PP cree que el PSOE se pega un "tiro en el pie" pero se prepara ya para un relevo

El asunto de la sucesión de Zapatero no es solo la comidilla interna del PSOE. También del PP. Los populares fingen que no les interesa, y Mariano Rajoy aseguró ayer que el hecho de tener delante a un candidato distinto a Zapatero "no altera para nada lo que el PP vaya a hacer". Sin embargo, el PP sigue con interés las noticias y está inquieto. Rajoy ya se ha presentado dos veces y cree que contra Zapatero la victoria es segura. Un cambio de candidato modificaría el panorama, aunque los populares confían en la victoria porque están convencidos de que la crisis económica hundirá a cualquier can...

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El asunto de la sucesión de Zapatero no es solo la comidilla interna del PSOE. También del PP. Los populares fingen que no les interesa, y Mariano Rajoy aseguró ayer que el hecho de tener delante a un candidato distinto a Zapatero "no altera para nada lo que el PP vaya a hacer". Sin embargo, el PP sigue con interés las noticias y está inquieto. Rajoy ya se ha presentado dos veces y cree que contra Zapatero la victoria es segura. Un cambio de candidato modificaría el panorama, aunque los populares confían en la victoria porque están convencidos de que la crisis económica hundirá a cualquier candidato socialista.

Rajoy convocó ayer sus maitines de cada lunes en Pamplona, para dar apoyo a Santiago Cervera, su candidato en Navarra. El PP no se presentaba en esta comunidad con su marca desde 1991. En 2009, Rajoy rompió con UPN, y sabe que ahora el PP lo tiene difícil aunque podría ser la llave para el Gobierno foral. A la salida de la reunión en la sede navarra, de paseo por Pamplona, los dirigentes de la cúpula coincidían en dos ideas: una, es evidente que el cambio de candidato podría ser bueno para el PSOE, con Zapatero tan tocado. Y dos, la forma en que se está manejando la sucesión es un "tiro en el pie" que se están pegando los socialistas, en expresión de un dirigente que compartieron otros.

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Los populares han leído las informaciones del fin de semana y ya empiezan a dar por hecho que Zapatero no será el candidato -hace pocas semanas muchos, Rajoy incluido, pensaban que podría presentarse otra vez- y se preparan para adaptar su discurso contra Alfredo Pérez Rubalcaba, el sustituto más probable. Creen que será fácil asociarle a Zapatero y a la crisis, su estrategia de partida.

Pero lo que no entienden los dirigentes del PP, que respetan a Rubalcaba, a José Blanco y al PSOE, que ya les ha ganado muchas veces, es por qué los socialistas, en vez de resolver rápidamente el asunto de forma discreta, lo alargan y plantean incluso la posibilidad de una batalla abierta en plena campaña de las municipales. "Nos dan el discurso hecho", analizaba un miembro de la cúpula. Rajoy no desaprovechó la ocasión en una de las escasas ruedas de prensa que concede: "Con 4,5 millones de parados, es profundamente injusto para los españoles que el Gobierno y el PSOE estén enredados en esto", dijo en referencia a la sucesión.

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