Análisis:ANÁLISIS

Una cosa y la contraria

Manuel Chaves, expresidente andaluz y ahora vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, se empeñó en lograr la competencia del Guadalquivir para Andalucía. Argumentó que era el "Nilo de Andalucía". Más del 90% de los 57.527 kilómetros cuadrados de la cuenca están en Andalucía, pero el resto toca a Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia.

La entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, se opuso, como también lo hicieron ingenieros, ecologistas, agricultores y expertos de izquierda y derecha. La unidad de cuenca, por la que los ríos se gestionan como un todo aunq...

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Manuel Chaves, expresidente andaluz y ahora vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, se empeñó en lograr la competencia del Guadalquivir para Andalucía. Argumentó que era el "Nilo de Andalucía". Más del 90% de los 57.527 kilómetros cuadrados de la cuenca están en Andalucía, pero el resto toca a Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia.

La entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, se opuso, como también lo hicieron ingenieros, ecologistas, agricultores y expertos de izquierda y derecha. La unidad de cuenca, por la que los ríos se gestionan como un todo aunque afecten a varias autonomías, es un principio centenario en España, un modelo que se veía amenazado por el Estatuto andaluz.

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Perdieron, y el estatuto atribuyó en 2007 a Andalucía "competencias exclusivas sobre las aguas de la Cuenca del Guadalquivir que transcurren por su territorio y no afectan a otra comunidad". Eso sí, "sin perjuicio" de la Constitución, que dice que las cuencas que cruzan varias autonomías son "competencia exclusiva" del Gobierno. Es decir, una cosa y la contraria.

El texto no convenció a los socialistas extremeños. Primero, con Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que recurrió el Estatuto andaluz, y después, con Guillermo Fernández Vara, que recurrió el de Castilla y León por apropiarse del Duero, un río internacional. Fernández Vara llegó a criticar a los presidentes regionales que se querían hacer "hombrecitos" con el agua. Ambos estatutos fueron apoyados en sus regiones por PSOE y PP.

La vida hace que sea Chaves quien ahora debe gestionar la vuelta de competencias a Medio Ambiente, un departamento que dirige otra andaluza, Rosa Aguilar. Los técnicos del ministerio sonríen: la unidad de cuenca ha sobrevivido.

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