Reportaje:

Golpe a la autoestima nórdica

El patrón de Nokia no logra convencer de la bondad de la alianza con Microsoft

Si una empresa pierde más del 20% de su valor bursátil en dos semanas, lo más probable es que despierte el apetito de algunos tiburones financieros. Seguramente, si esa empresa tiene un reconocido peso en su sector de actividad, podrá ser objeto de más de una OPA hostil. Es el caso de la empresa líder de la telefonía móvil, la finlandesa Nokia, que se dejó casi 8.000 millones de euros tras anunciar, hace un mes, una alianza estratégica con otro gigante de las nuevas tecnologías, Microsoft. Quizá por su tamaño, o porque su consejo ejecutivo ha blindado la firma de posibles ataques, Nokia sobrev...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Si una empresa pierde más del 20% de su valor bursátil en dos semanas, lo más probable es que despierte el apetito de algunos tiburones financieros. Seguramente, si esa empresa tiene un reconocido peso en su sector de actividad, podrá ser objeto de más de una OPA hostil. Es el caso de la empresa líder de la telefonía móvil, la finlandesa Nokia, que se dejó casi 8.000 millones de euros tras anunciar, hace un mes, una alianza estratégica con otro gigante de las nuevas tecnologías, Microsoft. Quizá por su tamaño, o porque su consejo ejecutivo ha blindado la firma de posibles ataques, Nokia sobrevive al desastre.

El anuncio de que los teléfonos Nokia adaptarán el sistema operativo de Microsoft Windows Phone7 cayó como una bomba en Finlandia. La empresa venía asegurando desde hace un lustro que no renunciaría al sistema operativo Symbian, y mantiene un verdadero ejército, unos 6.000 ingenieros, trabajando en su desarrollo. Y otros 2.000 profesionales ocupados en el nuevo sistema operativo MeeGo. Nokia e Intel anunciaron en mayo que este sería el sistema del futuro y que plantaría cara a Android y a los iPhone. Ahora, con la nueva alianza, el proyecto se catapulta al limbo.

Nokia sobrevivirá, en el mejor de los casos, como un pilar de Microsoft

El anuncio del nuevo patrón, Stephen Elop, ingeniero y proveniente de Microsoft, deja virtualmente a toda una generación de ingenieros fuera de juego. Hace un par de años, Nokia se hizo con todos los derechos de Symbian, mientras que la competencia se pasaba con armas y bagajes al nuevo Android. Elop es el primer consejero delegado no finlandés en la historia de la empresa.

La crisis de Nokia se venía arrastrando desde hace años. En 2010 vendió 453 millones de teléfonos, o, lo que es igual, 20,7 aparatos por segundo. El problema no es el volumen. Nokia sigue siendo el líder del sector, pero ha perdido la batalla de los teléfonos inteligentes, o smartphones, cuyo margen de beneficio es infinitamente mayor que el de los de gama baja. Nokia debe vender unos 50 aparatos a 50 euros para obtener los beneficios de un iPhone que se vende a unos 600 euros.

Nokia tampoco ha sabido penetrar en EE UU, donde se marca tendencia. En los últimos años ha perdido cuota de mercado, para tener hoy una presencia testimonial del 5% y haberse visto superada por media docena de competidores. Por si fuera poco, también en los mercados de gama baja Nokia debe luchar por mantener su supremacía con las emergentes telecoms chinas, como ZTE.

La alianza también se puede interpretar como un intento por conquistar el mercado estadounidense. The Wall Street Journal no tiene duda de quién gana con el pacto. "Nokia le ofrece a Microsoft acceso al mercado global justo cuando las ventas de software para ordenadores caen en picado. No cabe duda sobre quién lleva los pantalones mejor amarrados en esta alianza", comenta Ben Rooney, columnista del periódico.

En Finlandia no son más optimistas. "Esta es una alianza firmada en las puertas del infierno. La unión estratégica no es más que una apuesta arriesgada. En el mejor de los casos, Nokia sobrevivirá como un pilar más de Microsoft", dice el principal semanario finlandés de asuntos económicos.

"La crisis de Nokia es también la de Finlandia. La locomotora del desarrollo se convirtió en un obstáculo. Cuando Nokia necesitó ingenieros, Finlandia se los preparó. Cuando quiso restringir la libertad de sus empleados, el Parlamento aprobó la Lex-Nokia, que permite el espionaje patronal. Nokia no es una empresa de la sociedad de la información, como se presenta, sino uno de los últimos baluartes de la sociedad industrial", afirma Jukka Relander en el diario digital Uusisuomi.

Con el anuncio del cambio de estrategia, Stephen Elop dio por terminado un ciclo y por iniciado otro que en el peor de los casos puede socavar la importancia de Nokia en la telefonía móvil y relegarla a un segundo plano. Algo así le pasó a Motorola, el primer líder del sector hasta 1995, cuando fue desbancado por Nokia.

"Hasta ahora Nokia ha sido una empresa global en crecimiento continuo. Todo indica que ese periodo termina. Ahora intentará mantenerse a la defensiva. Esto también puede significar una rápida pérdida de cuota de mercado", dice el profesor Jarmo Leppiniemi, de la Universidad Aalto. Según la consultora estadounidense Gartner, Nokia cerró 2010 con un 33% de cuota de mercado.

En los días posteriores al anuncio de la alianza, Elop repitió hasta el cansancio que "Nokia se enfrenta a cambios profundos y dramáticos". La metáfora que usó fue que la empresa se encontraba como si estuviera en "una plataforma petrolífera en llamas".

Más allá de estas palabras, Nokia ha mantenido un silencio que sume en la incertidumbre al sector de las nuevas tecnologías y a todo un país. Con las elecciones generales a un mes vista, la amenaza sobre un sector neurálgico podría ser una herramienta política. Así, la primera ministra Mari Kivinieme se ha apresurado a pedir a la oposición que no hagan de Nokia "un tema electoral".

Nokia tiene 130.000 empleados, 15.000 en Finlandia, y el 50% de ellos trabaja en I+D. Según el sindicato de trabajadores en tecnología Pro, la alianza "significará la perdida de 5.000 empleos directos más los indirectos que corresponden a subcontratas".

El Ministerio de Economía ha creado un grupo para tratar de minimizar el impacto de la crisis. "Es difícil hacer pronósticos. No sabemos si Microsoft aceptará que Windows Phone7 se desarrolle en Finlandia", dice Jani Huhtamella, de la Unión de Ingenieros.

Elop realizó un tour por todos los centros de Nokia en Finlandia. Viajó en jet privado, con seguridad personal, como una estrella de rock. "Se nos dijo lo que ya sabíamos por la prensa. Hay que acabar un producto (MeeGo), pero no sabemos qué pasará luego", dice el sindicalista Kalle Kiili. No se conocía aún, cuando Elop realizó este viaje, que se había embolsado 3,8 millones de euros en salarios y bonos correspondientes al periodo septiembre-diciembre.

Otro año perdido

Para Matti Pohjola, profesor de Economía de la Universidad Aalto, existe el temor de que la actividad de I+D de Nokia disminuya de forma sustancial, lo que afectaría a la economía del país en su conjunto. "La importancia de Nokia se ha reducido en los últimos años, pero fue muy valioso para el despegue de Finlandia en nuevas tecnologías. Gracias a ello, estuvo durante 15 años en primera línea, y eso le permitió un crecimiento económico superior a la media europea", explica.

"Sin duda, el nuevo curso de Nokia es un duro revés también para nuestra autoestima, pues la empresa ya forma parte de nuestra identidad nacional. Pero creo que pequeñas economías como la finlandesa tienen mayor capacidad para adecuarse a los cambios de la que un mercado global exige", dice Pohjola.

Informaciones que provienen de Redmond aseguran que la actualización de los Windows Phone7 que deberían tener los futuros Nokia lleva un año de retraso. La actualización, llamada Mango por gente del sector, debería contener una serie de aplicaciones además del navegador Internet Explorer 9. Así las cosas, el primer Nokia con Windows Phone7 verá la luz solo en la primavera de 2012. Otro año perdido para Nokia, y ya van unos cuantos. -

Archivado En