"El aparato de Unió juega muy sucio"

El baile de codazos con que suelen repartirse el poder las distintas corrientes de un mismo partido se ha exacerbado en Unió Democràtica de Catalunya (UDC) hasta reventar las costuras de la formación en Tarragona a solo dos meses de las elecciones municipales. Los 10 miembros de la ejecutiva que dirigen el partido en esta ciudad han presentado su dimisión en bloque denunciando fuertes presiones de la dirección de la formación. El conflicto deja al descubierto las peleas internas de una formación que dentro de pocas semanas afrontará el escrutinio del electorado.

El choque de trenes se p...

El baile de codazos con que suelen repartirse el poder las distintas corrientes de un mismo partido se ha exacerbado en Unió Democràtica de Catalunya (UDC) hasta reventar las costuras de la formación en Tarragona a solo dos meses de las elecciones municipales. Los 10 miembros de la ejecutiva que dirigen el partido en esta ciudad han presentado su dimisión en bloque denunciando fuertes presiones de la dirección de la formación. El conflicto deja al descubierto las peleas internas de una formación que dentro de pocas semanas afrontará el escrutinio del electorado.

El choque de trenes se produjo después que la dirección de Unió maniobrara hinchando la lista de afiliados al partido: unas 60 personas se han inscrito en el último año de forma fraudulenta para imponer el candidato a la alcaldía de la ciudad que en los comicios concurrirá como número dos en la lista de CiU, denunció el ya expresidente de la ejecutiva, Xavier Franquet. "El aparato de Unió ha jugado muy sucio y no hemos querido ponernos a su altura", lamentó. "Crecer en afiliados es positivo para el partido", contrapuso el que será candidato de la formación, Albert Vallvé. "Han dimitido para no someter a su candidato a una votación que iban a perder", consideró.

Vallvé, veterano de 65 años afín al aparato del partido, que ya concurrió como candidato de UDC en las elecciones de 2007, volverá a liderar el proyecto municipal de la formación pese a que anunció públicamente que iba a abandonar la política tras esta legislatura. Es un político con experiencia que ha alternado sus etapas en el Ayuntamiento con una legislatura en el Senado, entre 1993 y 1996. Desde el Consistorio, se mostró muy crítico con el caso de presunta corrupción urbanística que salpicó a varios políticos, entre ellos su compañero de partido, Raül Font. El concejal, que ha compaginado su labor con un cargo en la Diputación provincial, la labor de vicecónsul de Brasil en Tarragona, otro puesto en el Consejo de Administración de Caixa Tarragona -hasta que la entidad pactó su conversión en Catalunya Caixa el año pasado- y su trabajo en un despacho de abogados, finalmente vuelve a presentarse.

"En CiU se consideró que haría un buen tándem con la candidata a alcaldesa [Victòria Forns] y por eso cambié de opinión", explicó Vallvé para justificar su rectificación. "Cuando acabe la legislatura rozará los 70 años. Es la gota que colmó el vaso entre el aparato y nosotros", apuntó Franquet.

Al hablar de "aparato" el expresidente se refiere al propio Vallvé; al presidente de la ejecutiva intercomarcal, Martí Barberà, y a la dirección de Unió. El engranaje del partido cabildeó para frenar a Franquet, quien desde que asumió el cargo, en 2003, abogaba por una formación autónoma y vinculada a los movimientos vecinales

La permanencia de Vallvé torpedeó las aspiraciones de Font, de 52 años y relevo natural como líder de Unió en Tarragona. Este contaba con el apoyo de la ejecutiva dimisionaria, pero descartó presentarse como candidato ante la falta de apoyo de la dirección, apuntan fuentes del partido. La desavenencia entre las dos corrientes ha generado una ruptura sin precedentes. "Llevo 30 años en esta formación y nunca había visto una ejecutiva que dimitiera en bloque", se sorprendió Vallvé ante el portazo que deshilacha la formación a pocas semanas de la cita con las urnas. "¿El aparato quería todo el poder?", señaló Franquet. "Pues ya lo tienen".