Crítica:MÚSICA | Discos

Iron and Wine

Detrás de este seudónimo está el cantautor Sam Beam, de aspecto eremita y barba bíblica a lo Walt Whitman. Beam podría englobarse dentro de ese bullicioso departamento de folk y creadores a su aire que en los últimos tiempos no deja de crecer. Este es su nuevo trabajo después de tres años, y como en el anterior, The Sepherd's Dog, el cantautor tejano sigue ampliando su mapa de sonidos y territorios rítmicos. Hay desde luego baladas intimistas y delicadas, pero también hay contaminaciones jazzísticas, groove, funky, ecos africanos, etcétera. Mezclando al fin y al cabo emoci...

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Detrás de este seudónimo está el cantautor Sam Beam, de aspecto eremita y barba bíblica a lo Walt Whitman. Beam podría englobarse dentro de ese bullicioso departamento de folk y creadores a su aire que en los últimos tiempos no deja de crecer. Este es su nuevo trabajo después de tres años, y como en el anterior, The Sepherd's Dog, el cantautor tejano sigue ampliando su mapa de sonidos y territorios rítmicos. Hay desde luego baladas intimistas y delicadas, pero también hay contaminaciones jazzísticas, groove, funky, ecos africanos, etcétera. Mezclando al fin y al cabo emoción y energía como resumen de su trabajo.

Iron and Wine

Kiss each other clean

4AD / Popstock

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