Cartas al director

El fin de las torturas

España no debería colaborar con Estados Unidos para condenar ni exculpar a nadie que esté preso en la base de Guantánamo, porque quienes están internados allí han padecido torturas que no pueden servir de base para ninguna acusación. Este tipo de presiones provoca a menudo que quienes las sufren se declaren culpables de cualquier cosa e inculpen a otras personas que nada tienen que ver.

La prisión de Guantánamo es tan ilegal que ni siquiera consigue legitimarse con las leyes estadounidenses; por eso llevaron a los presuntos terroristas a tierra de nadie. Guantánamo está en territorio oc...

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España no debería colaborar con Estados Unidos para condenar ni exculpar a nadie que esté preso en la base de Guantánamo, porque quienes están internados allí han padecido torturas que no pueden servir de base para ninguna acusación. Este tipo de presiones provoca a menudo que quienes las sufren se declaren culpables de cualquier cosa e inculpen a otras personas que nada tienen que ver.

La prisión de Guantánamo es tan ilegal que ni siquiera consigue legitimarse con las leyes estadounidenses; por eso llevaron a los presuntos terroristas a tierra de nadie. Guantánamo está en territorio ocupado de un país soberano que es Cuba. Hay quien piensa que a cambio de perder libertades estaremos más seguros, pero el hecho es que si luego le preguntamos a los mismos, cada vez se sienten más amenazados. Por más cámaras, agentes de seguridad y policías que tengan a su alrededor, nunca se dan por contentos. Para sentirse seguro no hay nada como ser capaz de dialogar y descartar el uso de la fuerza. Cuando durante siglos se han estado expropiando las riquezas de muchos países y permitiendo que la población esté sometida a los criterios de tiranos, luego no se puede pretender que vengan a aplaudirnos por muy demócratas que seamos.

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