Cuando el arte se teje haciendo listas de vídeos de YouTube

"¿Queréis las fotos vestida así? Pues yo pensaba ponerme un pijama de esqueleto...". Jimina Sabadú llega un poco tarde a preparar su sesión de pinchavídeos. Acelerada, cargada de bolsas, con un vestido que parece sacado de un armario de hace 200 años -camafeo al cuello incluido- que cambiará para la sesión de fotos por un mono de pijama negro estampado, efectivamente, con un esqueleto. "Comodísimo para estar en casa". Una creadora de tendencias del siglo XXI que parece salida del XIX.

Sabadú, de 29 años, es la primera de las invitadas a Videoplaylist, el nuevo ciclo...

"¿Queréis las fotos vestida así? Pues yo pensaba ponerme un pijama de esqueleto...". Jimina Sabadú llega un poco tarde a preparar su sesión de pinchavídeos. Acelerada, cargada de bolsas, con un vestido que parece sacado de un armario de hace 200 años -camafeo al cuello incluido- que cambiará para la sesión de fotos por un mono de pijama negro estampado, efectivamente, con un esqueleto. "Comodísimo para estar en casa". Una creadora de tendencias del siglo XXI que parece salida del XIX.

Sabadú, de 29 años, es la primera de las invitadas a Videoplaylist, el nuevo ciclo programado por La Casa Encendida, el espacio cultural de la Obra Social de Caja Madrid. En él se acerca al público la visión de distintos artistas, uno al mes, sobre lo que se cuece en sitios de Internet tan populares como YouTube.

Para Beatriz Navas, la responsable de Audiovisuales del espacio artístico, se trata de salir de las proyecciones habituales y acercar al público a la sala -"algo cada vez más difícil", asegura- a ver una actividad "única y exclusiva: o estás o te la pierdes".

Sabadú es una de las voces más conocidas en el inabarcable mundo virtual y de las tendencias. Ganó el premio Lengua de Trapo con su primera novela, Celacanto, el pasado otoño; ha escrito un guión de cine (La máquina de bailar, en 2006) y ha colaborado en fanzines, radio, televisión y prensa. Ha preparado la selección de los vídeos, unos 30, durante dos meses, con la intención de hacer un discurso "con cierto sentido". "He tratado de contar historias de gente, en general españoles, que están en un sitio público, que no se dan cuenta de que Internet lo ve todo el mundo". Un discurso que parte de las relaciones sociales, pasando por la amistad o el sexo -"aunque no se trata de porno"- hasta las declaraciones de amor. "Lo más complicado, porque me daba miedo que los vídeos fueran demasiado largos y que la gente se aburriera".

Por las risas de la sala, no hubo aburrimiento entre los más de 60 asistentes a la proyección de Sabadú. Vieron clásicos de YouTube como tutoriales de belleza, cantantes cocinando o fans desaforadas. ¿Su favorito? "El de los consoladores de María Lapiedra. Es superburdo, pero no puedo dejar de cantar la musiquilla. Dentro de lo que cabe, es bastante fino".