Análisis:EL ACENTO

Divorciarse del teléfono

El portavoz de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, ha comparado la actual regulación del matrimonio en España con los contratos para servicios de telefonía. Contra lo que pudiera parecer, Martínez Camino no ha escogido la metáfora porque la comunicación sea un ingrediente decisivo de la vida en pareja, ya sea civil o bendecida por la Iglesia, sino porque, a su juicio, es más fácil obtener el divorcio que cambiar de compañía operadora.

Si el razonamiento de monseñor se apoya en datos contrastados, urge entonces saber cuál es la posición de la Confere...

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El portavoz de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, ha comparado la actual regulación del matrimonio en España con los contratos para servicios de telefonía. Contra lo que pudiera parecer, Martínez Camino no ha escogido la metáfora porque la comunicación sea un ingrediente decisivo de la vida en pareja, ya sea civil o bendecida por la Iglesia, sino porque, a su juicio, es más fácil obtener el divorcio que cambiar de compañía operadora.

Si el razonamiento de monseñor se apoya en datos contrastados, urge entonces saber cuál es la posición de la Conferencia Episcopal Española. Porque, a tenor de estas declaraciones, no se sabe si lo que propone Martínez Camino es que se facilite la ruptura de los contratos de telefonía o que, por el contrario, se dificulten los trámites de divorcio.

Bien es verdad que si los obispos pusieran su autoridad al servicio de los derechos de los consumidores, tal vez quienes quisieran dar de baja un contrato de telefonía acudirían a los templos católicos y no solo a las asociaciones, paliando en parte la creciente deserción de fieles que está provocando el extremismo de la jerarquía española.

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Pero no parece que, conocidas las opiniones de monseñor Camino, sea esa la intención que alberga la Conferencia Episcopal con respecto a ningún tipo de contrato, ya sea de telefonía o matrimonial.

Si darse de baja en la compañía telefónica es más difícil que obtener el divorcio -los miles de quejas anuales formuladas por los usuarios ante los organismos pertinentes dicen algo al respecto-, los consumidores deberían tomar nota y agradecer a monseñor Martínez Camino tan valiosa información. Para evitar el bombardeo de llamadas y el incesante ofrecimiento de ofertas que las operadoras guardan en la recámara hasta que alguien decide darse de baja, los clientes deberían reclamar que su relación personal con los números de móvil o de fijo sea algo parecido al

matrimonio.

La rescisión de los contratos de telefonía sería entonces tan fácil como un divorcio de esos que dice monseñor Martínez Camino. Y así, todos contentos.

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