Crítica:POP

La caligrafía de lo inestable

No hay término medio, o quizá solo si se atiende a la caligrafía. Raúl Fernández, Refree, suele ser estimado con la misma pasión con la que se le denuesta. Todo aquello que a unos arrebola, esa sensibilidad, esa mirada inusual sobre la vida, ese tormento bañado con canela, esa musicalidad preciosista y elaborada, es lo que saca de quicio a sus detractores, movidos por el desasosiego originado por lo que ellos consideran fragilidad insoportable, excesiva elaboración musical, monocultivo de las ambientaciones tenues e inseguridad vocal. Nada objetable a ninguna de las dos posturas. Cuesti...

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No hay término medio, o quizá solo si se atiende a la caligrafía. Raúl Fernández, Refree, suele ser estimado con la misma pasión con la que se le denuesta. Todo aquello que a unos arrebola, esa sensibilidad, esa mirada inusual sobre la vida, ese tormento bañado con canela, esa musicalidad preciosista y elaborada, es lo que saca de quicio a sus detractores, movidos por el desasosiego originado por lo que ellos consideran fragilidad insoportable, excesiva elaboración musical, monocultivo de las ambientaciones tenues e inseguridad vocal. Nada objetable a ninguna de las dos posturas. Cuestión de gustos.

Pero a Refree le queda la caligrafía, el estilo, su búsqueda del arreglo eficiente, de la formación idónea para exprimir sus canciones. Y eso que cuanto más tiempo pasa mejor se desenvuelve en escena, resultando más parco en sus comentarios y transmitiendo mayor seguridad en sus prestaciones. Eso al menos quedó claro en el Auditori, cuya sala pequeña asistió a uno de los más completos conciertos de Refree en los últimos tiempos. Con una banda impecable reforzada con voces y unos arreglos imaginativos, el repertorio, excelente, de Raúl fue expuesto con trazo seguro. Aun con todo, y esto aún indefinible como activo o lastre, siempre hay en los conciertos de Refree la sensación de arquitectura inestable. Sin motivos aparentes todo parece puede colapsar ante el menor soplo, quizá mostrando la angustiosa futilidad de la mayor parte de las cosas sobre las que posamos nuestra mirada. Todos.

REFREE

Auditori

28 Enero 2011

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