El Estado de las Autonomías

Arenas rechaza que el Estado de las autonomías esté fracasado

"Andalucía ya no tiene miedo al cambio", dice el líder del PP

Aunque se empeñen los dirigentes del PP en decir que su partido es sinónimo de unidad, lo cierto es que en su seno conviven fuerzas centrípetas y centrífugas. El PP acoge, a la vez, voces centralistas y voces que cierran filas con el actual sistema autonómico, sobre todo, con unas elecciones regionales a la vuelta de la esquina. Javier Arenas, presidente del PP andaluz, se posicionó ayer: "El Estado de las autonomías no ha sido un fracaso".

Lo dijo durante la clausura de la convención nacional que su partido ha celebrado en Sevilla. La reunión ha estado marcada por el debate sobre el E...

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Aunque se empeñen los dirigentes del PP en decir que su partido es sinónimo de unidad, lo cierto es que en su seno conviven fuerzas centrípetas y centrífugas. El PP acoge, a la vez, voces centralistas y voces que cierran filas con el actual sistema autonómico, sobre todo, con unas elecciones regionales a la vuelta de la esquina. Javier Arenas, presidente del PP andaluz, se posicionó ayer: "El Estado de las autonomías no ha sido un fracaso".

Lo dijo durante la clausura de la convención nacional que su partido ha celebrado en Sevilla. La reunión ha estado marcada por el debate sobre el Estado de las autonomías. Los barones del PP -presidentes autonómicos y candidatos en las próximas elecciones regionales- han defendido el actual reparto de poder entre las comunidades y el Gobierno central.

El dirigente popular vincula la caída del PA al ascenso de su partido en la región
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Frente a esta posición está la de algunos miembros del Partido Popular, como el ex presidente José María Aznar, quien, unos días antes de esta convención nacional, dijo que el Estado de las autonomías resulta inviable.

Y en medio, haciendo esfuerzos de equilibrismo, se sitúa Mariano Rajoy: ha defendido el modelo, pero ha dicho que "puede ser mejorable" y deben hacerse algunas reformas.

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Arenas también reconoció ayer que, después de 30 años, es necesario "revisar" este asunto. Aunque insistió en que el sistema no ha fracasado, lo que han fallado han sido "las mismas políticas de 30 años", en referencia al tiempo que lleva gobernando el PSOE en Andalucía.

Arenas fue el encargado de cerrar la convención popular junto a Rajoy. El presidente nacional del PP puso a Arenas como "modelo de constancia, tesón y de trabajo bien hecho". "Hoy los andaluces están con nosotros y nosotros con ellos", señaló Rajoy en referencia a las diferentes encuestas que sitúan al PP como la primera fuerza política en la comunidad.

Arenas insistió en esa misma idea en su intervención: "Hoy los andaluces no tienen miedo al cambio, sino miedo a que sigan gobernando los mismos". Según el líder de los populares andaluces, no solo los militantes y simpatizantes de su formación están a la espera de que gobierne el PP: "Hoy una amplia mayoría de andaluces de todos los colores políticos espera cambios".

Y entre esos colores también estarían el verde y el blanco de los andalucistas. Arenas vinculó en su discurso de ayer la caída del Partido Andalucista (PA) en la comunidad al ascenso de su partido. Y volvió a reivindicar la figura de Blas Infante, precursor del andalucismo y al que el Parlamento regional reconoce como padre de la patria andaluza.

Arenas ya ha intentado en otras ocasiones arrastrar el antiguo voto andalucista hacia sus filas. Así lo hizo en el mitin que celebró su partido en Dos Hermanas (Sevilla) en septiembre de 2009, cuando sostuvo que se consideraba "andalucista". Si se celebrarán ahora elecciones regionales, el PA seguiría fuera del Parlamento autonómico, según las últimas encuestas. Sin embargo, ese voto del PA puede ser determinante en las municipales. Los andalucistas todavía conservan alcaldías y, sobre todo, tienen repartidos concejales en algunos ayuntamientos que podrían marcar la diferencia entre que el PP gobierne o no en muchos municipios tras los comicios.

El tono empleado ayer por Arenas -al igual que el que utilizó luego Rajoy en su discurso- fue menos agresivo. Aunque el líder de los populares no pudo resistirse a acusar a los socialistas de padecer un sobrepeso de "de prepotencia y soberbia", utilizó palabras menos duras de lo habitual. Antes de acabar su intervención, Arenas reconoció que le había costado "trabajito" no haber hablado ni de Manuel Chaves, ni de José Antonio Griñán, ni de José Luis Rodríguez Zapatero.

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