Crónica:RALLY DAKAR | Jornada de descanso

La tarde más larga de Nani

Roma pasa siete horas tirado en pleno desierto chileno

Está mosqueado. A nadie le gusta pasar siete horas tirado en pleno desierto. Pero Nani Roma sabe que prefiere eso a estar siguiendo la evolución del Dakar desde el sofá de su casa. Estuvo a punto de no participar. Se había quedado sin coche. Y a falta de escasos días para que arrancara el rally recibió una llamada milagrosa. Nissan le ofreció un coche. Y él no se lo pensó dos veces. Claro que entonces no se imaginaba perdido en medio de un polvoriento Chile, con el alternador de su coche roto, esperando a su camión de asistencia, que había volcado y no podía llegar a su lado. "Es un poco trist...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Está mosqueado. A nadie le gusta pasar siete horas tirado en pleno desierto. Pero Nani Roma sabe que prefiere eso a estar siguiendo la evolución del Dakar desde el sofá de su casa. Estuvo a punto de no participar. Se había quedado sin coche. Y a falta de escasos días para que arrancara el rally recibió una llamada milagrosa. Nissan le ofreció un coche. Y él no se lo pensó dos veces. Claro que entonces no se imaginaba perdido en medio de un polvoriento Chile, con el alternador de su coche roto, esperando a su camión de asistencia, que había volcado y no podía llegar a su lado. "Es un poco triste lo que nos ha pasado", decía un día después de una de las jornadas más largas de su vida, la que le llevó de Iquique a Arica. Su coche empezó a fallar a los 30 kilómetros de la cronometrada. Y paró definitivamente en el kilómetro 130. Era mediodía. Roma tuvo que esperar a un segundo camión. Y no volvió a arrancar el coche hasta pasadas las seis de la tarde. Llegó al campamento a la 1.30 de la madrugada del sábado. "Se nos hizo un poco tarde, sí".

Más información

Mientras tanto, ¿qué hace uno siete horas en el desierto de Atacama? "En realidad, pasaron muy rápidas todas aquellas horas. Me enfadé. Empecé a darle vueltas a la cabeza. Y las pasé pensando qué estrategia seguir a partir de entonces. Además, desmonté la pieza que estaba estropeada para que cuando llegara el camión la reparación tardara el menor tiempo posible. Tardó menos de tres cuartos de hora, porque lo teníamos todo preparado", cuenta. Roma, ganador del Dakar en motos en 2004, se enfadó porque, asegura, ya había avisado al equipo de que el alternador no iba bien, que había que cambiarlo. Y nadie le hizo caso. "Tras quince años en el Dakar, con coches oficiales y buenos equipos, con todo a mi disposición esto se hace un poco extraño. El primer día ni siquiera había probado el coche. Pero cuando vine, ya sabía a lo que venía". A pesar de todo, acaba por estar contento. "De todo se aprende", afirma.

Sobre la firma