El fin de la reforma agraria de 1984

El viernes pasado entró en vigor el decreto aprobado por el Consejo de Gobierno el pasado 27 de julio que da carpetazo oficialmente a la reforma agraria que nació en el año 1984 y que supone la extinción del Instituto Andaluz de Reforma Agraria (Iara). A partir de ahora, se abre un plazo de un año para que todos los colonos que venían explotando las tierras opten a su compra y adquieran la condición de propietarios. El Gobierno andaluz pretende ingresar unos 75 millones por la venta de 19.851 hectáreas. Casi la mitad corresponde a más de un millar de colonos y cooperativas que fueron adjudicat...

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El viernes pasado entró en vigor el decreto aprobado por el Consejo de Gobierno el pasado 27 de julio que da carpetazo oficialmente a la reforma agraria que nació en el año 1984 y que supone la extinción del Instituto Andaluz de Reforma Agraria (Iara). A partir de ahora, se abre un plazo de un año para que todos los colonos que venían explotando las tierras opten a su compra y adquieran la condición de propietarios. El Gobierno andaluz pretende ingresar unos 75 millones por la venta de 19.851 hectáreas. Casi la mitad corresponde a más de un millar de colonos y cooperativas que fueron adjudicatarios de las explotaciones tras su expropiación o compra por parte del Iara, que ha venido ingresando unos tres millones anuales por el canon derivado de esos asentamientos.

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La Consejería de Agricultura ha establecido condiciones ventajosas para que los actuales concesionarios puedan optar a la propiedad. Así, al valor de enajenación de estas tierras se le aplicará una reducción de hasta un 65% en función de criterios de antigüedad, generación de empleo, así como al esfuerzo inversor efectuado por los colonos. La norma prohíbe la venta, división o segregación de los terrenos durante 25 años, una medida introducida para evitar la especulación.

La Junta contempla la cesión a entidades públicas y privadas para fines agrarios y otros asociados al medio rural de las tierras, bienes y derechos del Iara que no han sido ocupados por terceros, concretamente 13 fincas con 5.320 hectáreas de suelo rústico y 240.000 metros cuadrados de suelo urbano. Con este decreto, Agricultura pretende también adquirir las tierras que ahora están infrautilizadas.

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