Reportaje:24 HORAS EN... SORIA

Soria en la curva de ballesta

El eco de los poemas de Machado resuena a cada paso. Visitamos el aula donde impartía sus lecciones. La ciudad castellanoleonesa invita a descubrir iglesias y palacios y su viejo casino

A Soria puede acercarse un viajero interesado en el paisaje, el arte, la gastronomía, la literatura... La naturaleza y la historia se cuelan en un panorama urbano donde cada momento se vive con esa intensidad que tiene que ver con las leyes de la física: a menor superficie, mayor presión.

Para hacernos una idea del emplazamiento, las dimensiones (la ciudad roza los 40.000 habitantes) y la ubicación de algunos hitos sorianos, lo mejor es comenzar el día subiendo al castillo (1), del que ya no queda apenas nada por culpa de las depredadoras precauciones del general Durán contra los...

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A Soria puede acercarse un viajero interesado en el paisaje, el arte, la gastronomía, la literatura... La naturaleza y la historia se cuelan en un panorama urbano donde cada momento se vive con esa intensidad que tiene que ver con las leyes de la física: a menor superficie, mayor presión.

9.00 Metáforas con el Moncayo al fondo

Para hacernos una idea del emplazamiento, las dimensiones (la ciudad roza los 40.000 habitantes) y la ubicación de algunos hitos sorianos, lo mejor es comenzar el día subiendo al castillo (1), del que ya no queda apenas nada por culpa de las depredadoras precauciones del general Durán contra los franceses. Allí tomamos café en el parador (975 24 08 00) y, si el tiempo lo permite, disfrutamos de las vistas: Urbión, Numancia, a lo lejos el Moncayo, la ermita de San Saturio y esa "curva de ballesta" que es la metáfora que utilizó Antonio Machado para describir el dibujo del Duero. Desde el mirador se vislumbra el cementerio (2) donde está enterrada la mujer del poeta. Y los dos estadios de Los Pajaritos. Bajando hacia el centro, los necrológicos y los literarios pueden pararse en la tumba de Leonor; frente a ella, un buzón con su nombre para la correspondencia de homenaje y ultratumba. Alguien ha dejado sobre la lápida una foto del día de la boda con Machado, flores de plástico y flores frescas. Muy cerca se alza el remedo del olmo de Campos de Castilla.

11.00 Alfileres para esposos

El paseo por la ribera del Duero en cada estación tiene sus colores. En otoño dominan amarillo, rojo, gris y tonalidades apagadas del verde. En los troncos de los árboles, incluso en los más altos, quedan huellas de navajas que conmemoran el amor. Cruzando el río encontramos el antiguo monasterio templario de San Polo (3) (camino de San Polo) -propiedad privada- y la ermita de San Saturio (4) (paseo de San Saturio), patrón de Soria. En la piedra se han horadado laberintos, escaleras que suben y bajan, capillas y habitáculos que supuestamente dieron cobijo al eremita. El lugar está lleno de leyendas: la Virgen de los Alfileres proporciona esposo a las muchachas, el niño Romualdo Barranco cayó hacia el precipicio y aterrizó de rodillas, milagroso e ileso. Hasta los años ochenta en este lugar habitaba siempre un ermitaño: el último era del PCE e iba en moto.

13.00 Sirenas y dragones

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A la puerta de San Juan de Duero (5) (Camino del Monte de las Ánimas), algunos gatos se asean a lametones. Los gatos son listos: eligen los mejores lugares. En el centro del claustro destechado de San Juan podrían aterrizar naves procedentes del espacio. Es tan antiguo y bello que parece ciencia-ficción. Mágico. Esotérico. Misterioso. Y mestizo: arcos románicos y arcos de influencia islámica, túmidos, calados entrecruzados, arcos sobre columnas con capiteles vegetales... En el interior del templo, los edículos testimonian el tránsito del rito occidental al oriental: entre los dos templetes se corría una cortinilla. Los capiteles de los edículos son historias completas -la Navidad- y personajes míticos: Sagitario, sirenas y dragones, la Hidra... Bécquer recreó literariamente este paraje en El rayo de luna: Beatriz se pasea entre las tumbas de los templarios. Es de noche.

14.00 Piedra de Valonsadero

La piedra del monasterio de San Juan proviene de Valonsadero (6), a cinco minutos de Soria por la carretera de Burgos y destino de las romerías laicas que se celebran durante las fiestas sanjuaneras. Bajo los abrigos, pastores del neolítico nos dejaron pinturas que pretendían convertir en realidad el trazo simbólico. En Valonsadero comemos judías con oreja, torreznos o huevos con patatas en La Casa del Guarda (975 18 06 77). También existe la opción de degustar una cocina más elaborada en el hotel Valonsadero (www.hotelvalonsadero.com; 975 18 00 06), donde se refugian los que huyen del mundanal ruido. Por estos parajes, los sorianos recolectan las setas que tanto enriquecen su gastronomía.

16.00 Planta baja, planta alta

El café, en el casino. El casino de Soria (7) (Collado, 23; www.circuloamistadnumancia.es; 975 21 30 47) es maravillosamente provinciano y refleja polaridades y rencillas. Porque este nuevo Círculo Amistad aglutina el Casino de Numancia, fundado para "la distracción y pasatiempo de las personas de la buena sociedad", y el Círculo de la Amistad, más popular, situado en la planta baja y del que Antonio Machado fue socio. Los espejos y lámparas de abajo, el pasillo de arriba y la espléndida sala Gerardo Diego con sus pinturas bucólicas nos trasladan a un tiempo no tan lejano.

18.00 El profesor de francés

No hay que perderse la iglesia románica de Santo Domingo (8) (plaza de los Condes de Lérida) ni San Juan de Rabanera (9) (calles de los Caballeros y de San Juan de Rabanera; abierta en horario de misa) con su planta de cruz latina y su bellísimo ábside. Tampoco el centro de la ciudad: la plaza Mayor (10), el edificio del Ayuntamiento y la antigua prisión; el arco del cuerno con el auténtico cuerno del toro enmaromado clavado en su bóveda; la plaza de San Esteban (11); el Rosel y San Blas - (12) - y la fuente con los escudos de los doce linajes; el palacio de los Condes de Gómara (13) (calle de los Condes de Gómara, actual Palacio de Justicia), con su severa torre cuadrangular; el palacio de Marichalar (14) (calle de la Aduana Vieja), y el instituto donde Antonio Machado impartió sus lecciones (15) (calle de la Aduana Vieja, esquina plaza del Vergel): se conserva el aula donde el poeta enseñaba francés.

19.00 Migueles para todos

Collado arriba y Collado abajo. Es el paseo de invierno. En la época estival resulta preferible la frescura del Espolón. En el Collado (16) tenemos desde el comercio más tradicional -ferretería La Llave, el escaparate de la librería Las Heras- hasta el más moderno -franquicias de boutiques- pasando por comercios como Nuevas Galerías, que opone su encanto kitsch al cosmopolitismo europeo de Lenceuropa. Muñoz (17) (El Collado, 34; www.autoserviciomunoz.com) es el paraíso del guloso: una tienda de delicatessen donde se puede comprar mantequilla dulce, paté de malvasía, salsas gelificadas de jazmín, quesos, chorizos, conservas extravagantes y enormes tarros de morchella cónica y Boletus edulis (llamados Migueles porque se recogen en torno a San Miguel, el 29 de septiembre). Los tarros de hongos desecados son tan bonitos que uno no sabe si comérselos o ponerlos de adorno haciendo de la casa un extraño jardín micológico.

22.00 Hierba rejuvenecedora

A la hora de la cena, el restaurante Santo Domingo (18) (Aduana Vieja, 15; 975 21 17 17) ofrece viandas de calidad a precios asequibles. También es muy recomendable el Iruña (19) (www.irunaplaza.com; 975 22 68 31), situado en la plaza de Ramón Benito Aceña, igual que el café Latino, Apolonia y Félix. Casi enfrente, una casa rompe con el estilo arquitectónico de Soria: se trata de un edificio racionalista de esquinas redondas frente a la Alameda de Cervantes (20). Además de un templete del que brota un árbol y una rosaleda, hay un prado inmenso donde los jóvenes hacen botellón. Cuando se pone el pie sobre esta hierba, uno se siente rejuvenecido y le entran ganas de jugar a pídola, al pañuelo, al rescate. Incluso de ir a comprar un poco de vino para el calimocho.

» Marta Sanz es autora de la novela Black, black, black (editorial Anagrama).

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