Cartas al director

Tensión entre las dos Coreas

La tensión entre las dos Coreas en la que el Norte amenaza al Sur con utilizar sus armas nucleares, y el Sur le dice a su vecino del Norte que cualquier agresión militar recibiría un contraataque despiadado, me recuerda el cuadro de Goya que lleva por título Duelo a garrotazos, en el que dos individuos, enterrados hasta las rodillas, luchan con el ánimo de matarse a palos.

Si no estuviese en peligro el planeta entero, tal bravuconería y cerrazón resultarían grotescas, y si el ser humano fuese capaz de aprender algo, tras el horror de Hiroshima y Nagasaki, esos comportamientos pol...

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La tensión entre las dos Coreas en la que el Norte amenaza al Sur con utilizar sus armas nucleares, y el Sur le dice a su vecino del Norte que cualquier agresión militar recibiría un contraataque despiadado, me recuerda el cuadro de Goya que lleva por título Duelo a garrotazos, en el que dos individuos, enterrados hasta las rodillas, luchan con el ánimo de matarse a palos.

Si no estuviese en peligro el planeta entero, tal bravuconería y cerrazón resultarían grotescas, y si el ser humano fuese capaz de aprender algo, tras el horror de Hiroshima y Nagasaki, esos comportamientos políticos serían impensables. Parece que respiramos con el fin de la guerra fría, pero era una ilusión, como una ilusión son los acuerdos de desarme entre Rusia y Estados Unidos, porque hoy en día, el Armagedón puede estar en las manos de cualquier dictador. Como escribió Hannah Arendt: "Desde la invención de la bomba atómica, existe el temor completamente justificado de que la humanidad pueda liquidarse. De ese temor surge la esperanza de que la humanidad sea razonable y elimine la política antes que a sí misma". Quedémonos con esa esperanza, pues no tenemos otra.

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