Cartas al director

Niños que trabajan

EL PAÍS brindaba hace unos días dos noticias opuestas sobre la situación social en América Latina. La buena era que en Brasil comenzaron a reducirse las desigualdades por la consolidación de las políticas que llevaron adelante los Gobiernos de Cardoso y Lula. La mala se refería a la grave situación de los niños en Guatemala.

Pobreza infantil, desnutrición crónica y un millón de niños trabajadores componen en conjunto un escenario de terror. Pero ser un niño es un drama también en la mayoría de los países de la región donde más de 20 millones de chicos trabajan. Como es costumbre en Amér...

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EL PAÍS brindaba hace unos días dos noticias opuestas sobre la situación social en América Latina. La buena era que en Brasil comenzaron a reducirse las desigualdades por la consolidación de las políticas que llevaron adelante los Gobiernos de Cardoso y Lula. La mala se refería a la grave situación de los niños en Guatemala.

Pobreza infantil, desnutrición crónica y un millón de niños trabajadores componen en conjunto un escenario de terror. Pero ser un niño es un drama también en la mayoría de los países de la región donde más de 20 millones de chicos trabajan. Como es costumbre en América Latina se habla más de lo que se hace y la ausencia de políticas específicas contra el trabajo de los niños agrava la situación. Los gobiernos no tienen este problema en la agenda ni buscan su solución. Esto se debe a que los niños que trabajan representan un colectivo sin interés electoral.

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