Crítica:POP | Best Coast

California en tres guitarrazos

Provienen de California y no se molestan ni un poquito en disimularlo. Comenzando por el nombre, con esas resonancias marítimo-playeras que ahora (Wavves, Beach House) causan tantos estragos. En poco más de un año de actividad conjunta Best coast, Bethany Consentino y Bobb Bruno, se han convertido en una de las formaciones favoritas entre la generación dospuntocero, esa chavalería alborozada que les descubrió en los foros y el MySpace y anoche llenó la Sala Heineken para brincar con los brazos entrelazados. El pop urgente y guitarrero, que hermana una barbaridad.

La pareja pone e...

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Provienen de California y no se molestan ni un poquito en disimularlo. Comenzando por el nombre, con esas resonancias marítimo-playeras que ahora (Wavves, Beach House) causan tantos estragos. En poco más de un año de actividad conjunta Best coast, Bethany Consentino y Bobb Bruno, se han convertido en una de las formaciones favoritas entre la generación dospuntocero, esa chavalería alborozada que les descubrió en los foros y el MySpace y anoche llenó la Sala Heineken para brincar con los brazos entrelazados. El pop urgente y guitarrero, que hermana una barbaridad.

La pareja pone en práctica, en efecto, una fórmula sencilla, ruidosa y sin complicaciones: 20 canciones en 50 minutos y una fulgurante versión de That's the way boys are, de Lesley Gore. Una simpleza a veces rayana en la precariedad. Estrofa y estribillo, tres guitarrazos, otros tantos acordes y a otra cosa, mariposa.

Directos y puntualmente contagiosos, terminas tarareando Boyfriend antes de que acabe. Pero acaban pareciendo repetitivos.

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