El ADN de las zapatillas

Un hombre se enfrenta a 18 años de cárcel por intentar matar a su ex esposa y a su compañero - Los restos de sangre inculpan al acusado, que niega los hechos

Las dos manchas de las zapatillas de Emilio Oliva Cuerdo se convirtieron en la prueba de cargo. Este hombre, que se enfrenta a 18 años y 9 meses de prisión por haber intentado matar a su ex esposa y al compañero de esta, guardó el calzado en su casa. Los análisis demostraron que correspondían con el ADN de una de las víctimas y que solo pudo mancharse si fue el autor material de las puñaladas. El juicio, que se celebró ayer, quedó visto para sentencia, después de que el acusado negara los hechos.

La agresión que casi le cuesta la vida a su ex esposa, María Purificación F. O., y al compa...

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Las dos manchas de las zapatillas de Emilio Oliva Cuerdo se convirtieron en la prueba de cargo. Este hombre, que se enfrenta a 18 años y 9 meses de prisión por haber intentado matar a su ex esposa y al compañero de esta, guardó el calzado en su casa. Los análisis demostraron que correspondían con el ADN de una de las víctimas y que solo pudo mancharse si fue el autor material de las puñaladas. El juicio, que se celebró ayer, quedó visto para sentencia, después de que el acusado negara los hechos.

La agresión que casi le cuesta la vida a su ex esposa, María Purificación F. O., y al compañero de esta, Samuel R. M., se produjo el 2 de abril de 2009 en una residencia de la Fundación Caja Madrid, en la calle de Ramón y Cajal, 28, de Alcobendas. Según relató la mujer, ella se encontraba en la sala de televisión del centro junto con Samuel. Ella estaba a punto de irse a la cama cuando irrumpió en la sala un hombre con una sudadera y con una capucha puesta. Había roto parte de la valla metálica exterior y, tras abrir una puerta corredera, accedió al interior del edificio. Sin mediar palabra, se dirigió hacia la mujer. Ella solo tuvo tiempo de decir "Uf, ¿pero qué pasa aquí?". El agresor la apuñaló varias veces hasta causarle dos neumotórax y heridas en el brazo izquierdo.

La sangre del calzado coincide con la de una de las víctimas

En ese momento llegó Samuel, que había ido a por un vaso de agua. "Puri, ¿qué te pasa?, ¿qué te pasa" fue lo único que acertó a gritar. El atacante se dirigió hacia él y le asestó varias puñaladas. Una de ellas estuvo a punto de costarle la vida, porque le afectó la vena yugular, lo que le hizo perder gran cantidad de sangre.

Cuando llegó la policía, los agentes encontraron a Samuel encogido de dolor junto a un sofá y a Purificación en otro lado de la sala. Los funcionarios le preguntaron que si reconocía a su agresor y la mujer no lo dudó un momento. No paró de decir que era su ex marido (Emilio Oliva Cuerdo) y que le había reconocido por las gafas, pese a la capucha que llevaba puesta.

Según relataron ayer los policías, dos patrullas se dirigieron a casa del supuesto autor. Les abrió la puerta sin poner pegas y, tras contestar unas preguntas, fue arrestado. Los policías decomisaron algunas de sus prendas, entre las que se encontraban las zapatillas. Los especialistas de la Policía Científica vieron que en el lateral de una de ellas había dos manchas que podían ser de sangre, por lo que remitieron las muestras al laboratorio. Y, ¡bingo! El ADN era el mismo que el de Samuel. Además, el motor del vehículo del acusado estaba todavía caliente y había en uno de los asientos un pasamontañas y una gorra.

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Los forenses que valoraron a las víctimas confirmaron que las heridas eran muy graves, sobre todo las de Samuel. La lesión en la yugular le podría haber costado la vida en caso de que no hubiera sido intervenido de urgencia. A raíz de este suceso, la mujer, que sufre problemas psiquiátricos al igual que Samuel, ha sido internada seis veces en un año. Purificación había denunciado a Emilio Oliva 15 días antes de los hechos y tenía una orden de alejamiento de 500 metros y prohibición de comunicarse con él.

El acusado negó los hechos en todo momento. Dijo que estuvo en comisaría denunciando un supuesto robo por parte de su ex esposa y aseguró que siempre había ayudado a Purificación. "Espero que la justicia actúe en condiciones", concluyó antes de que terminara el juicio.

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