El PP tumba la propuesta para subir el IRPF a las rentas altas

Ruiz Rivas: "PSOE y BNG son culpables del gran fiasco económico"La conselleira defiende que es más efectivo reclamarle 243 millones a Zapatero

Treinta y ocho enmiendas presentó la oposición al segundo Presupuesto de Feijóo y otras tantas desbarató el PP con su mayoría en el Parlamento para que las cuentas queden tal cual salieron de la Consellería de Facenda. Las políticas sociales pierden 400 millones -excluida la rebaja del sueldos a los funcionarios- de los 1.177 que dejará de ingresar la comunidad autónoma el año próximo.

Ni la subida de impuestos a las rentas más altas que defendían PSOE y BNG, ni la reducción de la financiación público-privada en un 30% para dejarla en 300 millones que pedían los socialistas, ni la elimi...

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Treinta y ocho enmiendas presentó la oposición al segundo Presupuesto de Feijóo y otras tantas desbarató el PP con su mayoría en el Parlamento para que las cuentas queden tal cual salieron de la Consellería de Facenda. Las políticas sociales pierden 400 millones -excluida la rebaja del sueldos a los funcionarios- de los 1.177 que dejará de ingresar la comunidad autónoma el año próximo.

Ni la subida de impuestos a las rentas más altas que defendían PSOE y BNG, ni la reducción de la financiación público-privada en un 30% para dejarla en 300 millones que pedían los socialistas, ni la eliminación de los fondos para expropiar fincas del hospital de Pontevedra exigida por el Bloque. Por más que los nacionalistas intentasen modificar partidas por 357 millones y los socialistas, cambiar el destino de otros 550 millones -ambos para amortiguar la caída en sanidad y educación-, el Presupuesto más recortado de la historia reciente de Galicia sigue invariable, a la espera de que la Comisión de Economía pueda modificar algunas minúsculas del texto. "Las cuentas son solventes, eficientes y austeras", repitió la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás.Antes de descender al detalle de las enmiendas, los grupos de la oposición exigieron también sin éxito, la devolución de las cuentas públicas. Por el PSdeG subió a la palestra su secretario general, Pachi Vázquez. Calificó el presupuesto como "un ajuste de cuentas a los servicios sociales" pero sobre todo destacó que la Xunta del PP, especialista en denunciar agujeros heredados, habrá triplicado la deuda cuando concluya la legislatura. "Cerca de 11.000 millones de euros, esa sí es una hipoteca para este país", recalcó.

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Con las fotos de la manifestación en defensa de la sanidad pública todavía frescas en las portadas, el jefe de la oposición lamentó que este capítulo pierda 200 millones de euros en 2011 y exigió a Feijóo que rectifique "porque nadie quiere que regalen la columna vertebral del Estado del Bienestar al sector privado". Con un tono más institucional del que acostumbra, censuró los tijeretazos de Educación a las becas -que caen un 48,5%-, de Traballo a las políticas activas de empleo (pierden 32 millones), de Medio Ambiente al Noitebús, y pidió reorientar los grandes números hacia la sociedad del conocimiento y la mejora de la competitividad.

El socialista citó de pasada que en el Presupuesto no hay un solo euro para la conservación de espacios naturales mientras se crea un nuevo impuesto del agua, y que los cacareados proyectos de metro ligero en A Coruña y Vigo reciben 178.000 euros. En la segunda tanda y ya con el contrato que Feijóo firmó como candidato con los ciudadanos gallegos en la mano, el dirigente socialista censuró que habiendo 223.984 parados, 15.000 más que hace un año, 21.131 afiliados menos a la Seguridad Social y 18.104 personas afectadas por un ERE, "el presidente se vaya a Cataluña y Euskadi a dar lecciones de cómo salir de la crisis". En el epílogo de su discurso, tendió la mano para un gran pacto con la condición de que el Gobierno retirase el Presupuesto. Todo lo que obtuvo de Feijóo fue una mano levantada para votar contra su propuesta y la del Bloque de devolver las cuentas públicas.

La titular de Facenda, Marta Fernández Curras, en cambio, le devolvió un cursillo acelerado de lo que Zapatero se niega a hacer para afrontar la crisis. Con la referencias al Gobierno socialista siempre en la cabeza y muchas veces también en los papeles, subrayó que la Xunta "no pide sacrificio a los demás" sino que acomete rebajas fiscales selectivas para jóvenes y familias numerosas. Pronosticó que Galicia acabará este año con crecimiento positivo, en virtud de una norma estadística de los economistas que vaticinan que si el PIB se mantiene igual, la economía está creciendo.

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La conselleira repitió que tres de cada cuatro euros van a política social y agradeció el esfuerzo y la responsabilidad de los funcionarios de educación y sanidad, muchos ellos tras la pancarta la víspera para protestar contra las decisiones de su Gobierno.

Esa política fiscal, "de bajar impuestos a los ricos", fue la que primero atacó Carlos Aymerich, portavoz parlamentario del BNG, en su turno. Hizo ver que el sistema de financiación pactado por la Xunta y el Gobierno central tiene mucha culpa de los recortes que ahora se imponen en los Presupuestos y lamentó "la falta de estrategia de Feijóo y sus conselleiros para enfrentar la crisis, más allá de esperar a una recuperación espontánea de la construcción". El parlamentario nacionalista censuró una planificación económica "hecha al dictado de los mercados" y "que asegura más paro, más recesión y más desigualdades". Como ejemplo citó que, pese a las previsiones de que los solicitantes de la Risga -la última ayuda que cobran quienes ya no reciben ninguna prestación- se disparan, la Xunta ha congelado los fondos para este capítulo.

Aymerich también criticó que Facenda haya renunciado a subir el tramo autónomico del IRPF a las rentas más altas, una propuesta en las antípodas del programa electoral del PP. Fernández Currás explicó su negativa porque la medida, que los dos grupos de la oposición reclamaron en sus enmiendas, podría suponer "como mucho un ahorro de 21 millones de euros" y calificó como más efectivo reclamar al Gobierno central que transfiera ya los 243 millones del fondo de cooperación, como si ambas medidas fueran incompatibles.

La conselleira acabó proclamando que "por primera vez la Xunta cuenta con un instrumento riguroso de planificación financiera", en referencia a su plan estratégico. La oposición pronto le preguntó por Fraga y su vicepresidente Feijóo para saber si entonces no se planificaban las cuentas públicas. El portavoz del PP, Manuel Ruiz Rivas, optó por cargar contra PSOE y BNG, a quienes culpó de ser "los culpables del mayor fiasco económico de la historia de Galicia". "Crecía cuanco llegaron al Gobierno y la dejaron con una recesión del 3,7% del PIB", esgrimió.

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