Caicedo regatea al Racing

Sería por la luna llena, pero un partido previsiblemente anodino se convirtió en una caja de sorpresas: unas manos de Henrique dentro del área indultadas por el árbitro; un mano a mano de Rosenberg con el portero granota, Reina que repelió el disparo; dos latigazos de Caicedo salpimentados de sendos regates al meta, Toño, y dos goles; la expulsión de Cisma tras desquiciarse porque el Levante no había echado el balón fuera para atender al tumbado Bolado; el tercer tanto de Stuani pese a la bandera alzada del linier, sancionador de un fuera de juego anulado por el árbitro, ya que el pase inicial...

Sería por la luna llena, pero un partido previsiblemente anodino se convirtió en una caja de sorpresas: unas manos de Henrique dentro del área indultadas por el árbitro; un mano a mano de Rosenberg con el portero granota, Reina que repelió el disparo; dos latigazos de Caicedo salpimentados de sendos regates al meta, Toño, y dos goles; la expulsión de Cisma tras desquiciarse porque el Levante no había echado el balón fuera para atender al tumbado Bolado; el tercer tanto de Stuani pese a la bandera alzada del linier, sancionador de un fuera de juego anulado por el árbitro, ya que el pase inicial provenía de un racinguista... Un respiro: todo eso sucedió antes del descanso. El Levante aprovechó la fortaleza y la afilada zurda de Caicedo para clavarse en una defensa de mantequilla en la que Henrique sufrió una mala tarde. Y se la dio a Portugal, colérico desde la banda. El delantero ecuatoriano, en cambio, es providencial para el Levante, muy agradecido de contar con este punta tan poderoso en el uno contra uno.

Con uno menos y tres goles en contra en toda la segunda parte, el Racing intentó acabar el partido con dignidad. Lo logró. Gracias sobre todo al orgullo inacabable de Munitis, que insistió e insistió hasta dar con la jugada con la que Lacen acortaba distancias e impedía un resultado escandaloso. Portugal retiró al extremo Kennedy para cubrir la baja de Cisma con Christian en el lateral izquierdo. Rácano en la segunda parte, el Levante se limitó a esperar, destacando, eso sí, su lateral izquierdo, Juanfran, impecable a los 34 años. En el ataque solo Juanlu siguió con ganas de divertirse y divertir a la grada del Ciutat de València, satisfecha de liquidar al que considera "un rival directo".