Necrológica:

Herminio Barreiro, historiador de la educación, pedagogo

Hijo de maestros represaliados, militó en el PCE hasta el último día

Las coronas del Partido Comunista de España, del que formó parte hasta el último día, despidieron el lunes al pedagogo e historiador de la educación Herminio Barreiro. El cementerio de Sisán, en plena tierra gallega del albariño, acogió el homenaje civil de despedida a un hombre, según el presidente de la Real Academia Galega, Xosé Luis Méndez Ferrín, "que no estaba dotado para el odio". En el camposanto se agolpaban militantes de todo el espectro de la izquierda y ex alumnos, muchos de las más de 30 promociones a las que impartió Magisterio en la Universidad de Santiago desde 1976.

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Las coronas del Partido Comunista de España, del que formó parte hasta el último día, despidieron el lunes al pedagogo e historiador de la educación Herminio Barreiro. El cementerio de Sisán, en plena tierra gallega del albariño, acogió el homenaje civil de despedida a un hombre, según el presidente de la Real Academia Galega, Xosé Luis Méndez Ferrín, "que no estaba dotado para el odio". En el camposanto se agolpaban militantes de todo el espectro de la izquierda y ex alumnos, muchos de las más de 30 promociones a las que impartió Magisterio en la Universidad de Santiago desde 1976.

Herminio Barreiro había nacido hace 73 años, en la comarca pontevedresa de O Salnés. Hijo de maestros republicanos, y represaliados, su padre cumplió pena de prisión mientras su madre lo educaba en la escuela que regentaba en la montaña pontevedresa. "Mi infancia es la pequeña historia de un tiempo amargo", declaró al periodista Antón Lopo en una de sus últimas entrevistas.

Barreiro cursó Bachillerato en Pontevedra, en cuya biblioteca lee por primera vez a Engels y empieza a publicar artículos en Faro de Vigo que arrancaban en primera página. Y de allí a Madrid. Filosofía y Letras -"la facultad era de derechas, pero no conseguía borrar que allí se había comenzado a construir la República"- y el contacto con otros gallegos emigrados lo marcó para siempre. Acababan los años cincuenta, y un grupo de aguerridos, entre ellos el pintor Reimundo Patiño, los escritores Uxío Novoneyra, Xosé Fernández Ferreiro y el propio Méndez Ferrín o el más tarde dirigente de la izquierda nacionalista Bautista Álvarez, formaron el grupo Brais Pinto. Aquella generación pionera impulsó la cultura gallega hacia la contemporaneidad y habló de abstracción, nouveau roman y poesía tenebrosa.

En 1965 contactó en Francia con el PCE y tres años después participó en la fundación de la sección gallega de la organización. Solo abandonaría la militancia intermitentemente, pero por la izquierda, antes de la reconciliación final. "Era un patriota gallego", resumió ayer para este periódico Ferrín, "y uno de nuestros grandes intelectuales del siglo XX, la principal figura del marxismo aplicado a la historia de la educación en Galicia".

En los últimos años, Herminio Barreiro continuó interviniendo en el ágora pública a través de la prensa. Y, desde la academia, dirigía la revista Sarmiento. Anuario de Historia da educación y enviaba sus investigaciones a medios especializados. Su libro Recordar doe [Recordar duele] fue saludado en 2008 como pieza central de la memoria del antifranquismo y la opresión educativa de la dictadura. "Hoy el dilema es: o el mundo acaba con el capitalismo, o el capitalismo acaba con el mundo", expuso hace dos años, a modo de conclusión vital.

Herminio Barreiro, en su despacho en 2008.ANDRÉS FRAGA

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