Cartas al director

A Marcelino Camacho

A muchos se nos ha muerto el valedor, el hombre bueno, el que entendió desde siempre la palabra "prójimo" más allá de la caridad y la justicia, el hombre moral y valiente, el que fue injustamente perseguido y encarcelado por todos aquellos que socavaron a los jueces con falsas pruebas, con fantásticas prebendas, con credos nacidos de la rebelión.

A muchos se nos ha muerto el que por nuestra defensa fue arrastrado impunemente, contra toda ley, a ese lugar donde la noche no tiene fin, sin sol ni privacidad, donde surcan barrotes las ventanas. Mi más cordial y agradecido abrazo, Marcelino ...

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A muchos se nos ha muerto el valedor, el hombre bueno, el que entendió desde siempre la palabra "prójimo" más allá de la caridad y la justicia, el hombre moral y valiente, el que fue injustamente perseguido y encarcelado por todos aquellos que socavaron a los jueces con falsas pruebas, con fantásticas prebendas, con credos nacidos de la rebelión.

A muchos se nos ha muerto el que por nuestra defensa fue arrastrado impunemente, contra toda ley, a ese lugar donde la noche no tiene fin, sin sol ni privacidad, donde surcan barrotes las ventanas. Mi más cordial y agradecido abrazo, Marcelino Camacho.- Carlos Ruiz de Alegría. Bilbao.

A Marcelino Camacho se le podrán discutir ideas, creencias y militancia, pero nadie puede negarle una vida entregada a la defensa de los trabajadores. Una vida vivida con austeridad y desinterés. Una vida compartida entre los talleres, la cárcel y la agitación; sin subvenciones ni dependencia de las empresas ni de los Gobiernos. Una vida austeramente sostenida por los propios trabajadores a los que sirvió.- Carlos León Roch. Cartagena, Murcia.

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