Análisis:BALONCESTO | ACB

Inaudito descalabro del Barça

Puedes llamarte Barça, puedes ser campeón de Europa, puedes haber arrasado al Madrid o haber ganado a los Lakers. Nada ni nadie te libra de un mal día. Lo tuvo el Barça ante el CAI Zaragoza, el mismo equipo que acaba de regresar a la ACB tras un año en la LEB Oro. Y el resultado es que perdió (70-71) después de una prórroga coronada por Sam van Rossom, un base belga de 24 años llegado del Scavolini, italiano, en el que jugó dos temporadas cedido por el Milan. Así de enrevesadas son las encrucijadas del baloncesto europeo. En la fase liguera, el Barcelona no perdía en el Palau desde el 3 de ene...

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Puedes llamarte Barça, puedes ser campeón de Europa, puedes haber arrasado al Madrid o haber ganado a los Lakers. Nada ni nadie te libra de un mal día. Lo tuvo el Barça ante el CAI Zaragoza, el mismo equipo que acaba de regresar a la ACB tras un año en la LEB Oro. Y el resultado es que perdió (70-71) después de una prórroga coronada por Sam van Rossom, un base belga de 24 años llegado del Scavolini, italiano, en el que jugó dos temporadas cedido por el Milan. Así de enrevesadas son las encrucijadas del baloncesto europeo. En la fase liguera, el Barcelona no perdía en el Palau desde el 3 de enero de 2009, ante el Tau, ahora Caja Laboral, otra particularidad de una competición que se desnaturaliza cambiando cada dos por tres los nombres de sus equipos.

La derrota del Barça, inesperada porque, entre otras razones, el CAI jamás había ganado en el Palau, se produjo como casi todas las que ya cosechó la pasada temporada: de manera muy ajustada, tras una prórroga, en un partido con baja anotación. Muchos rivales habrán tomado nota. No parece difícil que el Barça se corrija. Tiene recursos de sobra y lo ha demostrado en bastantes ocasiones. No jugó bien ante el CAI. Falló sobre todo en el tiro, con dos de 20 en los triples y dos horrendas series de dos especialistas, Navarro y Morris, que se fueron a casa con un nada de siete cada uno. Además, concedió muchos tiros libres, hasta 20, frente a los siete de los que dispuso. Algo realmente inusual para un equipo con una batería de pívots como Vázquez, Ndong, Lorbek, Perovic o Morris.

El descalabro del Barça fue vertiginoso en los cinco últimos minutos del partido, sin contar la prórroga. Cuando parecía haber salido del embrollo tras sumar ocho puntos de ventaja (59-51), todo un botín dado como estaba el asunto, enlazó la peor fase de juego que se le recuerda en mucho tiempo. En ese intervalo, el parcial fue de 3-11 y falló seis lanzamientos, tres de ellos triples, y cometió cinco pérdidas del balón.

Con semejante cortocircuito, lo extraño es que la derrota no se produjera antes. El CAI tuvo que encomendarse a un triple de Quinteros para forzar la prórroga y a otro de Van Rossom para certificar su triunfo.

La enjundia de la derrota dependerá de lo que los próximos rivales del Barça sean capaces. La final de la pasada Liga, la forma en que se derrumbó ante el Caja Laboral, continúa en la carpeta de expediente X de la competición. Por supuesto que el equipo de Xavi Pascual tiene bula, pero si más de uno de sus adversarios es capaz de cogerle el tranquillo su dominio arrasador podría declinar. Pero eso, hoy por hoy, no deja de ser más que una conjetura.

El Madrid, que de la mano de un sensacional Reyes venció al Valencia (75-63), es el líder en solitario de la Liga, seguido por un Caja Laboral que sudó tinta para imponerse al Granada (81-85) gracias a un dos más uno de Marcelinho Huertas y un tapón de Barac.

Navarro ejecuta su clásico tiro.EFE

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