ESTA SEMANA

Patrimonio

Lo que en Andalucía se despacha como "ingeniería financiera", en la Comunidad Valenciana resulta ser una actuación inteligente para obtener recursos con los que paliar la merma de ingresos. Mientras que aquí se descalifica la enajenación de patrimonio que contemplan los presupuestos de la Junta de 2011 por ser una solución fallida -ya que la crisis inmobiliaria hará imposible que se cumplan las previsiones-, en la región levantina se convierte en un instrumento necesario para aportar cientos de millones de euros. Todo un alivio, dicen, ante el recorte con el que el Gobierno de Zapatero les cas...

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Lo que en Andalucía se despacha como "ingeniería financiera", en la Comunidad Valenciana resulta ser una actuación inteligente para obtener recursos con los que paliar la merma de ingresos. Mientras que aquí se descalifica la enajenación de patrimonio que contemplan los presupuestos de la Junta de 2011 por ser una solución fallida -ya que la crisis inmobiliaria hará imposible que se cumplan las previsiones-, en la región levantina se convierte en un instrumento necesario para aportar cientos de millones de euros. Todo un alivio, dicen, ante el recorte con el que el Gobierno de Zapatero les castiga.

O sea, que la comunidad que dirige Francisco Camps no es una de las más despilfarradoras y endeudadas de España, sino una tierra llena de pujanza que saldrá adelante a pesar de los obstáculos que otros le ponen en su camino. Una vez más, lo que sucede en tierras valencianas vuelve a poner ante sus propias contradicciones a los populares andaluces, quienes han criticado duramente la venta de suelo en Andalucía para obtener liquidez en las arcas autonómicas.

Las perspectivas que manejan en la Consejería de Hacienda son más positivas de lo que se podría pensar. De hecho, ya cuentan con compradores interesados, por ejemplo, en los terrenos de El Toyo, en Almería, y en otras propiedades de las que la Administración autonómica se quiere desprender. Una actuación que se complementa con la operación de venta, y posterior alquiler, de numerosos inmuebles que pertenecen a la Junta, procedimiento que va a suponer una significativa contribución en el capítulo de ingresos.

Se trata de una fórmula absolutamente novedosa en el ámbito de las administraciones públicas de nuestro país -aunque no en el sector privado- que podría ser imitada en otros territorios, si bien habrían de trabajar lo suyo, pues es proceso complejo que requiere de los instrumentos y conocimientos adecuados, lejos de la improvisación y la chapuza.

Se producirán recortes en varios departamentos, pero no, desde luego, en materias tan sensibles como la educación, tal y como lo está haciendo la Xunta de Galicia, en manos del PP. En Andalucía, las áreas de sanidad y bienestar social quedarán al margen del tijeretazo, algo que resaltó, en especial, el pasado sábado Zapatero en el comité federal del PSOE.

Aún así, habrá que esperar a que, esta misma semana, tras la aprobación del texto en el Consejo de Gobierno, se conozcan con precisión los detalles de unas cuentas llamadas a contribuir a la salida de Andalucía de la recesión y la crisis. Ahí es nada.

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