Entrevista:VÍCTOR ULLATE | Director del Ballet de la Comunidad

"La Compañía Nacional debe dirigirla un artista, no un gestor"

Cuerpos rotos, desesperación, amor, ternura, mundos paralelos, locura. Estos ingredientes componen Wonderland, el último trabajo coreográfico de Víctor Ullate (Zaragoza, 1947) que se estrena en Madrid el próximo jueves en los Teatros del Canal. Su primera obra inspirada en los cánones de la danza contemporánea. Un ballet dedicado a su hermana Marisol, internada en un centro psiquiátrico desde que era una niña.

Pregunta. ¿Cómo encara este trabajo un artista que ha defendido a ultranza la danza clásica?

Respuesta. Después de este ballet hay un antes y un despué...

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Cuerpos rotos, desesperación, amor, ternura, mundos paralelos, locura. Estos ingredientes componen Wonderland, el último trabajo coreográfico de Víctor Ullate (Zaragoza, 1947) que se estrena en Madrid el próximo jueves en los Teatros del Canal. Su primera obra inspirada en los cánones de la danza contemporánea. Un ballet dedicado a su hermana Marisol, internada en un centro psiquiátrico desde que era una niña.

Pregunta. ¿Cómo encara este trabajo un artista que ha defendido a ultranza la danza clásica?

Respuesta. Después de este ballet hay un antes y un después. He estado muy suelto coreográficamente, en movimientos y en mente. Cuando te atreves a hacer algo así te dices: "Después de esto, cualquier cosa". Tenía muchas cosas dentro de mí que tenía que decir y que hacer sentir al público. Cómo vas a representar una cosa así con el pie estirado y con la técnica clásica. Tenía que hacer algo nuevo, pese a que hay momentos en los que lo clásico está presente.

Mañana se estrena la que es su primera incursión en el ballet contemporáneo
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P. Sí, pero aquí parece haber ecos de muchos coreógrafos contemporáneos.

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R. Me mantengo muy al margen de las tendencias que rigen. Hubo momentos en que todo el mundo imitaba a William Forsythe o a Béjart. A la hora de coreografiar los movimientos me salen de dentro, en ningún momento trato de imitar, no me interesa imitar a nadie.

P. ¿Esta obra le sale muy de dentro?

R. Mi hermana es seis años mayor que yo, pero es como una niña. Tuvo meningitis de pequeña y quedó así. Con la misma mentalidad. Entonces las enfermedades eran incurables. Estuvo tres años enyesada de arriba abajo y una pierna le creció y otra no. He visto a mi padre desesperado, pues el médico le decía: 'En el momento en el que le quite el yeso a su hija, se va a morir'; y mi padre viéndola que estaba en un grito, en la Malvarrosa en Valencia, se la llevó a Zaragoza y con un serrucho... de la fábrica... Le quitó la escayola. (En este momento al bailarín se le llenan los ojos de lágrimas y no puede hablar). Cada vez que voy a visitarla se me encoge el corazón.

P. ¿Qué más ingredientes posee esta pieza?

R. Todas las cosas que he vivido a lo largo de las visitas a mi hermana las he plasmado en este ballet. También he contado con otro bailarín la historia de un señor que va sentado en su silla de ruedas y va cogiendo miguitas y no se tiene en pie. Aunque también en un ballet hay que dar algún toque de humor, como cuando ellas van con zapatos de tacón y rebuscan en sus bolsos. En el bolso llevan toda su vida, todo su mundo está ahí.

P. ¿Sabe que su nueva obra llega en un momento -con la salida de Nacho Duato, por ejemplo, de la Compañía Nacional de Danza- en la que le pueden tachar de oportunista?

R. La danza es todo. Es movimiento, es sentimiento, es color, es música. Es todo. Es amor... Me da igual lo que digan los demás. Cuando dicen algo es porque les interesa. Cuando no dicen nada es cuando realmente... puff... Es algo que no ha valido la pena. Hoy en día un bailarín no puede limitarse. Sería tener la mente muy estrecha y muy cuadrada. Otra cosa es que tengamos un ballet nacional y queramos, como en una orquesta, que tenga una variación de estilos y de coreógrafos. Es normal que queramos ver de todo y no solamente un estilo determinado. De hecho, la Compañía Nacional de Danza podría tener un sector de contemporáneo y otro de clásico. Sería lo estupendo.

P. Parece que el Ministerio de Cultura ha realizado una gira internacional y podría traer un gestor de fuera para dirigir la compañía.

R. Un gestor tiene que dedicarse a los números y un artista tiene que dedicarse a dirigir. Si no eres un conocedor de danza, de estilos y sabes quién baila bien y quién baila mal, es absurdo que dirijas una compañía. No es lógico que un gestor dirija una compañía, tiene que ser alguien que haya bailado, que esté dedicado ahora a la coreografía, pero no poniendo coreografías suyas todo el tiempo. Y creo que tendemos mucho a no valorar lo nuestro. Hay personas que han hecho su carrera fuera, son españoles y dan el perfil que yo mantengo y podrían ser estupendos directores.

El bailarín y coreógrafo Víctor Ullate.U. MARTÍN

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